La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) elevó su perspectiva de crecimiento para Estados Unidos y Canadá, socios comerciales de México en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA).
Para la mayor economía del mundo aumentó su pronóstico para 2017 a 2.4 por ciento, desde el 2.3 por ciento que estimó en noviembre pasado y para Canadá lo elevó en 0.3 puntos a 2.4 por ciento.
En ambos casos, el PIB de estos países mejorarán su desempeño en este año, con respecto a 2016, contrario a la economía mexicana, para la que se espera un menor avance en el presente año.
En su informe sobre 'Perspectivas Económicas Provisionales", el organismo no detalla pronósticos para México, lo hace para las economías avanzadas y emergentes más grandes como China y Brasil.
Líderes del crecimiento. Las economías más dinámicas serán la India, país para el que se prevé una expansión de 7.3% en el presente año, mientras que el gigante asiático crecerá a una tasa de 6.5%.
En noviembre recortó sus estimados para el crecimiento del PIB de México a 2.3 por ciento desde tres por ciento que proyectaba en junio. Actualmente el consenso de analistas prevé un crecimiento para el país de 1.5 por ciento para 2017.
La OCDE estima que la demanda interna en Estados Unidos se fortalecerá en los próximos dos años y se expandirá a un ritmo sólido, impulsada por las ganancias en los ingresos de los hogares y el repunte gradual de la producción de energía.
Indicó que el empleo en ese país está aumentando de forma constante, aunque se espera que el ritmo se calme un poco, y los salarios deberían seguir aumentando a medida que el mercado laboral se ajuste.
EN RIESGO EL LENTO CRECIMIENTO GLOBAL
La OCDE mantuvo sin cambio su estimado de crecimiento de la economía global en 3.3 por ciento en 2017 y 3.6 por ciento en 2018 desde el tres por ciento del 2016. Sin embargo advirtió que las vulnerabilidades, la incertidumbre y los riesgos latentes podrían descarrilar la modesta recuperación.
Señaló que el crecimiento será modesto y estará apoyado en iniciativas fiscales principalmente en Estados Unidos y China, junto con un periodo de relajamiento en la zona euro.
Indicó que el consumo, la inversión y la productividad están lejos de ser fuertes, mientras que la desigualdad se ha incrementado.