La innovación es uno de los motores de crecimiento económico que ayudarían a México a acelerar la expansión de su Producto Interno Bruto (PIB), a tasas superiores al 2.5 por ciento señaló Julio Raffo, Economista Principal de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO, por sus siglas en inglés).
Esto, dijo, "si logra integrar el sistema jurídico que estimule la innovación con un ecosistema económico y un marco regulatorio para transformar ideas en innovaciones y éstas en crecimiento económico"
Expuso que el principal desafío en materia de propiedad intelectual es encontrar complementos entre un sistema jurídico, que estimule la innovación y su difusión, y un ecosistema económico, compuesto por universidades, centros de investigación y empresas innovadoras, que a su vez, se apoye en el marco regulatorio para transformar ideas en innovaciones, y éstas en crecimiento económico.
"Países tales como México pueden tener bastante desarrollado ambos sistemas, no obstante no lograr una comunicación fluida entre ambos que permita usufrutuar los esfuerzos realizados en materia de políticas públicas de innovación", dijo a El Financiero desde Ginebra, Suiza.
Datos de esta agencia de las Naciones Unidas, señalan que durante 2015 innovadores basados en México presentaron 320 solicitudes internacionales de patentes bajo el Tratado de Cooperación de Patentes (PCT), un incremento cercano al 13 por ciento comparado con el año anterior y equivalente al 0.14 por ciento de las 218 mil aplicaciones que hubo a nivel mundial.
El líder consolidado en número de patentes continuó siendo Estados Unidos que presentó 57 mil 385 solicitudes que significaron el 26.3 por ciento del total mundial. Explicó que la innovación es uno de los principales motores del crecimiento económico, entendido en términos relativos por habitante.
"La innovación estimula e intensifica la inversión en infraestructuras y equipamientos tecnológicamente nuevos; mejora el capital humano y sus condiciones de vida y aumenta la productividad de las empresas. No obstante, este proceso puede resultar en profundas transformaciones de las estructuras económicas y suele llevar mucho tiempo hasta desembocar en un contrastado crecimiento económico", advirtió.
Sobre un nivel de contribución de la innovación respecto al PIB de un país que sea el ideal, expuso que es muy difícil inequivocadamente establecer la contribución de la innovación al PIB.
Por un lado, la producción total de una economía implica la utilización simultánea de tecnologías nuevas y viejas, y su discernimiento es prácticamente imposible.
Por otro lado, toda inversión realizada en una economía podría interpretarse como el reemplazo gradual de infraestructura y maquinaria vieja por nueva; de la misma manera que todo gasto en educación -en todos los niveles e incluyendo también los gastos en Investigación y Desarrollo- , puede interpretarse como esfuerzos en mejorar el capital humano.