ATLACOMULCO.- A Andrés Manuel López Obrador y a sus simpatizantes no parece abrumarlos el peso histórico-partidista de esta plaza mexiquense, que hasta hace apenas unos años sólo parecía estar reservada para pintarse de verde, blanco y rojo, los colores del PRI.
Los morenistas se hinchan de orgullo, se enaltecen cuando el tabasqueño recalca que "el poder no es fantochería, es humildad", ni "es andar con decenas de guaruras y viajando en avión privado".
Esta vez, a 33 días de la llamada "madre de todas las batallas", la plaza es de tonalidades guindas y blancas, las que identifican a Morena.
"El pueblo de Atlacomulco es bueno y trabajador. Otra cosa es el nombre que le pusieron a un grupo que tanto daño le ha hecho al país. ¡Que viva Atlacomulco!", arenga el candidato presidencial y desata una prolongada ovación.
Pero el tres veces candidato presidencial viene en son de paz. Prepara el terreno desde el mitin anterior, en el municipio de San Felipe del Progreso. Llega con la bandera blanca por delante, sobre todo hacia el único presidente de la República que ha surgido del llamado Grupo Atlacomulco: Enrique Peña Nieto.
"Ahora ya con el presidente Peña estoy moderado porque hizo el compromiso de que va a respetar el resultado de la elección presidencial. Ahora le estoy dando el beneficio de la duda. Pero no quiero hablar ya del presidente Peña porque no soy hipócrita", comenta entre carcajadas de sus simpatizantes.