Expertos en energía visualizan un horizonte prometedor para el hidrógeno verde en México, con un valor de mercado que alcanzaría los hasta 60 mil millones de dólares en los próximos 20 años. Aunque en México todavía no se produce, la Asociación Mexicana de Hidrógeno (AMH) ya identificó al menos 15 proyectos con inversiones por hasta 20 mil millones de dólares para comenzar a generar este combustible limpio, además de que marcas como Toyota, Hyundai, Cummins, Traxion y BMW exploran la posibilidad de utilizarlo para el transporte de carga y pasajeros.
“Nosotros tenemos identificados 15 proyectos en México que involucran inversiones por 20 mil millones de dólares”, detalló Israel Hurtado, fundador y presidente de la AMH.
Agregó que, al tratarse del nacimiento de una nueva industria, el hidrógeno verde tiene muchos retos, principalmente en materia normativa, de producción, transporte y almacenamiento.
“Hay mucho potencial, sobre todo en esta primera etapa de la industria del hidrógeno en México, lo vemos más en el transporte pesado de mercancías de larga distancia, en tractocamiones, sobre todo porque con el hidrógeno necesitan menos recargas cuando hablamos de electromovilidad, que con batería de litio, gasolina o diésel”, dijo.
Impulsa al transporte
Virginia Olalde, directora de comercio exterior y estudios económicos de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact), agregó que el uso de hidrógeno verde puede ser un gran paso para los movimientos de larga distancia, entregas de última milla y de reparto.
“Tienen un gran potencial en esta meta de descarbonización del parque de vehículos pesados, sobre todo para los vehículos de largo recorrido, de estado a estado. Aquí en México no existe todavía un vehículo a hidrógeno circulando, pero es el futuro, estamos todavía en pruebas piloto en otros países para que pueda ser una tecnología viable en el mercado mexicano”, comentó.
A nivel internacional, los vehículos de hidrógeno son una realidad para el transporte no sólo de carga, sino de pasajeros. En Alemania, por ejemplo, circulan los primeros trenes de hidrógeno. En Corea del Sur, Hyundai prevé suministrar hasta 850 camiones y autobuses de hidrógeno para 2030, mientras que en Estados Unidos, en Los Ángeles, circulan vehículos pesados de hidrógeno.
En este escenario, el fabricante de motores y generadores Cummins tiene en marcha un ambicioso plan para desarrollar y fabricar varias tecnologías como electrolizadores, celdas de combustible para barcos, aviones, ferrocarriles y automóviles, así como diseño de motores de combustión a hidrógeno, para suministrar a la industria.
Jorge Machuca, director comercial de motores de Cummins, compartió que invierten al año alrededor de mil millones de dólares en el mundo para investigación y desarrollo de nuevas tecnologías.
El directivo señaló que México aún enfrenta grandes retos energéticos y de producción de hidrógeno, antes de ver a los primeros vehículos de hidrógeno circular en el país.
“Para el mercado mexicano va a depender el que Cummins ponga a disposición este tipo de vehículos, de la disponibilidad del energético, y aunque el hidrógeno estuviera disponible en México va a tener mucho que ver el precio del hidrógeno”, comentó.
Agregó que si el costo es similar al del diésel “yo no descarto que a partir del 2027 vaya a haber un interés sobre todo de las flotas que operan en frontera”, dijo.
Apuntó que, como ha sucedido en otras partes del mundo como en España, Estados Unidos, Japón, Corea, Alemania, entre otros, se requiere además de una hoja de ruta para impulsar a la industria del hidrógeno en la descarbonización, de apoyos e incentivos gubernamentales que sostengan la transición.
“En Estados Unidos hay un presupuesto especial donde están construyendo nueve hubs, nueve centrales donde van a producir hidrógeno y el gobierno está garantizando que va a haber un subsidio de hasta 3 dólares por kilogramo de hidrógeno para tratar de empatar el precio del diésel con el del hidrógeno. Lo mismo tenemos que hacer en México, crear esos mecanismos de incentivos para que al transportista no le cueste más caro”, concluyó.