Colmenas, casitas para perros y hasta bolsas reutilizables, son algunos de los productos que tres emprendedores mexicanos han desarrollado con la ‘basura electoral’.
Las elecciones de junio de 2024 en México dejaron más de 40 mil toneladas de ‘basura electoral’, principalmente de productos como lonas, de las cuales miles de éstas ni siquiera llegaron a las calles.
“Es inadmisible que los partidos políticos y coaliciones inunden nuestras ciudades con propaganda electoral hecha con plásticos que días después ya vemos rota y tirada en las calles, y que sólo engrosan la cantidad de residuos plásticos que se generan en el país cada día, agravando la crisis de contaminación plástica”, denunció Ornela Garelli, campañista de Océanos sin Plásticos de Greenpeace México.
Para hacer algo ante esta problemática, tres emprendedores han encontrado en las lonas políticas un uso sustentable.
Kirel, cuidando la casa de las abejas
En un mundo cada vez más consciente de la importancia de las abejas para la polinización y la biodiversidad, una empresa mexicana originaria de Veracruz: Kirel, implementó las lonas para mantener secas y protegidas a las colmenas.
La idea de utilizar lonas para proteger las colmenas surgió de la necesidad de buscar alternativas sostenibles y económicas ante el aumento de precios y robos de los techos de lámina.
“Primero probamos con plásticos y costales, pero finalmente decidimos utilizar lonas, especialmente aquellas usadas en campañas electorales, para cubrir las colmenas”, explicó Erick León, fundador de Kirel.
Relató que el proyecto de las lonas se inició en las elecciones intermedias de 2021, tiempo en que obtuvieron material para 60 colmenas, este año el anuncio en redes sociales se salió de control, al recibir material para más de 200 colmenas, además de canalizar y distribuir más de 5 mil lonas para apicultores de San Luis Potosí, Estado de México, Querétaro y Nuevo León.
Kirel lleva 20 años en desarrollo por parte de Erick y su familia, que han tenido abejas por más de 70 años. Fue en 2016 que tras un curso de apicultura en la Universidad Veracruzana que marcó un punto de inflexión para él. Al finalizar el curso, los participantes debían realizar un ensayo empresarial para que ver usos allá con la miel de las abejas, como hacer jabones, cremas y bálsamos.
Han enfrentado múltiples desafíos, entre ellos el conseguir el capital necesario para la producción y comercialización a gran escala; sin embargo planean establecer puntos de venta en cada uno de los pueblos mágicos de México y en ciudades con más de 100 mil habitantes.
‘Edifican’ casitas para perros, pero les falta madera
Mariana de la Cruz, fundadora de la Casa de las Ardilla, decidió hacer del rescate y cuidado animal su segunda profesión, y en Nuevo León, de donde es originaria, empezó también a usar lonas políticas para hacer casitas para perros, y funcionó hasta que se le acabó la madera.
“Empecé a recolectar esas lonas para hacer casitas de perros. De repente, llegaron camiones llenos de lonas sobrantes de todos los partidos y de un pequeño proyecto pasamos a tener más de 8 mil lonas”, compartió de la Cruz.
El problema, relató la dueña de La Casita de las Ardillas, como se llama su refugio, es que no tienen suficiente madera ni herramientas para construir más casitas.
“Necesitábamos apoyo con madera, pero ninguno de los políticos nos ayudó. No estábamos preparados para manejar una cantidad tan grande de lonas y de todas las que teníamos, sólo logramos hacer 150 casas”, lamentó Mariana.
Aunque Mariana recibió un mérito por su trabajo y habló con líderes locales como Luis Donaldo Colosio Riojas, las instituciones dedicadas a la vida silvestre y parques, le han dicho que no tienen personal ni recursos para apoyar su labor.
De propaganda a mochila del gym
Fundada por la diseñadora industrial Mariela García, Monalona ha transformado un proyecto escolar en una próspera empresa que aborda la problemática de los residuos de campañas electorales y otros anuncios publicitarios, para reutilizarlos y crear productos prácticos y ecológicos.
“Veía panorámicos y lonas que duraban meses y luego se desechaban. Inicié Monalona como un proyecto escolar para crear productos a partir de estas lonas, con el tiempo, el proyecto creció y se convirtió en una empresa con un propósito claro, reducir la contaminación reutilizando materiales que de otro modo terminarían en vertederos”, dijo García.
Compartió que el principal producto son las bolsas reutilizables, principalmente del estilo totebag, también producen maletas de gimnasio en colaboración con los Sultanes de Beisbol de Monterrey, loncheras para Vidusa, una constructora local, y mobiliario como sillas.
Actualmente cuenta con un equipo de cinco personas, incluidas tres costureras principales que trabajan desde sus casas, y en el mediano plazo conforme la demanda de empresas para convertir sus lonas y publicidad en producto, quiere contratar 10 personas.