Este 2021, la industria automotriz en México enfrenta tres amenazas que limitarán su recuperación, tras el impacto que le ocasionó la pandemia del coronavirus, a pesar de que lentamente mejora la perspectiva económica del mercado interno y la demanda de Estados Unidos.
El encarecimiento que llegó a ser hasta 40 por ciento en el precio del acero, el desabasto de semiconductores en el mercado global y la creciente presión de Estados Unidos para renovar los contratos colectivos entre sindicatos y empresas del sector, que forman parte del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), serán las tres piedras en el zapato que afectarán el desempeño de las ensambladoras y sus proveedores en el país.
“Estos factores sí pueden impactar el desempeño de la industria, que de seguir así recuperará los niveles previos a la pandemia hasta 2022, es decir, se proyecta que se ensamblen este año en México menos de 3 millones de unidades”, comentó Brais Alvarez Gallardo, Automotive Account Manager de J.D. Power México.
Falta de chips afecta 12% de la producción a abril
La falta de semiconductores, popularmente llamados chips, limitó la manufactura de algunos sistemas tecnológicos de los autos, lo que frenó líneas de producción por varias semanas en el país y en Estados Unidos.
Esto ya causó que las armadoras en México dejarán de manufacturar 135 mil 845 autos en los primeros cuatro meses de 2021, es decir, alrededor de 12 por ciento de lo manufacturado entre enero y abril de este año.
“Estos números podrían bajar hasta el segundo semestre del año, no necesariamente por un aumento en la proveeduría, sino porque al reducirse los casos de COVID-19 y que inicie el regreso de las actividades económicas y académicas, se reduce la demanda de electrónicos, eso permitirá tener una mayor oferta de semiconductores para el sector automotriz”, dijo Alberto Bustamante, director de la Industria Nacional de Autopartes (INA).
El mayor impacto en México lo reportó General Motors con 39 mil 101 autos, seguido por Stellantis (antes Fiat Chrysler) con 36 mil 457 autos y Volkswagen con 25 mil 381.
Brais Alvarez de J.D. Power México dijo que es muy difícil cambiar sistemas digitales a análogos puesto que se requieren meses de planeación para modificar líneas de ensamblado y no todos los modelos se pueden adaptar a sistemas análogos, por el desabasto de los semiconductores.
Clima laboral, uno de los principales desafíos del T-MEC
La modificación de los contratos colectivos entre sindicatos y empresas de la industria, como parte de los acuerdos en materia laboral signados en el T-MEC generó presión en la estructura de costos de ensambladores y sus proveedores en el país.
“Tenemos un porcentaje bajo de convenios revisados en el sector, recordemos que bajo la nueva ley del trabajo nos quedan dos años para hacerlos, pero va muy lento este proceso, estamos a la mitad del tiempo, no hay que dejarlo de último momento y más ahora con la presión de Estados Unidos”, explicó Alberto Bustamante de INA.
Esto sucede porque Estados Unidos pidió a México, bajo el mecanismo de respuesta rápida del T-MEC, revisar una presunta negación a los trabajadores de General Motors en Guanajuato a ejercer su derecho de libre asociación sindicalizada y la negociación del contrato colectivo, lo mismo que habría ocurrido en la autopartera Tridonex.
“No daña la imagen de México, hay todo un procedimiento que debe ser solventado para llegar a determinar que se cometió una violación a los compromisos establecidos en el tratado, además son casos específicos, no creo que podamos caer en una generalización (…) México también presentó un caso contra la industria cárnica de Estados Unidos y esto se inscribe dentro de la nueva normalidad de lo negociado de forma complementaria en el T-MEC”, destacó Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
El T-MEC permite no sólo elevar aranceles, sino también el bloqueo de exportaciones de un país a otro país en la región, si se reiteran violaciones laborales por parte de una manufacturera, de servicios o que involucre a la minería.
Acero hasta 40% más caro
El incremento en el precio del acero entre 35 a 40 por ciento en lo que va del año ha afectado los costos operativos de la industria automotriz, la cual asegura que aún no lo refleja en el precio al consumidor, pero podría aumentar los precios de sus vehículos si continúa esta escalada.
“¿Qué pasa si sigue subiendo (el precio del acero)? Tendríamos una afectación en el precio de las autopartes, sin embargo, preferimos esperar a ver cómo se comporta en los siguientes meses para medir el impacto a la producción de autos”, dijo Bustamante.
Miguel Elizalde, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), destacó que analizaron qué tanto afecta a la industria y si pueden hacer algo al respecto, como sector.
“Las nuevas reglas de contenido regional del T-MEC nos generan ciertas restricciones de dónde podemos comprar acero y podría generar afectación al mercado”, reconoció.