Con 31 millones de usuarios en México y un valor de mercado que alcanzó el año pasado los mil 657 millones de pesos, las aplicaciones de entregas de comida, supermercados y otros pedidos como Rappi, Uber Eats y Didi Food incrementaron en 24 por ciento anual sus ingresos en 2020, de acuerdo con estimaciones de la consultora Statista.
Sin embargo, las condiciones laborales de los repartidores se han precarizado con la pandemia del coronavirus, de acuerdo con el reporte “Trabajo decente para los trabajadores de plataformas en América Latina” publicado en junio pasado por la Comisión Económica para América Latina y Caribe (Cepal).
“Los indicios de alta precariedad en el trabajo en plataformas subrayan la necesidad de ajustar la regulación sociolaboral para que esta cumpla adecuadamente su doble función de proteger los derechos sociales y laborales de los trabajadores y de contribuir a un funcionamiento eficiente de los mercados laborales”, opinó la Cepal.
Agregó que la información disponible sugiere que el delivery es una modalidad de trabajo altamente precarizada, caracterizada por la inestabilidad de los ingresos, una significativa proporción de tiempo no remunerado, largas jornadas de trabajo, ausencia de protección sociolaboral, así como falta de opciones de diálogo y representación.
En el mismo sentido, repartidores consultados por El Financiero denunciaron que con el aumento de la demanda de pedidos impulsada por el COVID, se acrecentó la precariedad laboral que ya tenían.
Los llamados socios de las plataformas digitales de delivery expresaron, que aunque existe flexibilidad en este tipo de labores, es común que se encuentren expuestos a accidentes y robos, sumado a la inversión que deben hacer para pagar desde sus mochilas transportadoras hasta sus impermeables y equipos de sanitización, además del vehículo para movilizarse.
Adicionalmente, la pandemia del COVID -19 trajo consigo un aumento en los pedidos, pero las ganancias de los repartidores se redujeron hasta un 30 por ciento, a pesar de atender más envíos, debido a la nueva fiscalización en México y al incremento de comisiones y retenciones de las mismas plataformas.
“Además, en muchos casos está creciendo el número de personas que se insertan en estas actividades, lo que ejerce una presión hacia la baja en los pagos, sobre todo si se toman en cuenta los mayores tiempos de espera no remunerados”, recalcó la Cepal.
Repartidores, entre el SAT y las plataformas
Los ingresos semanales de los repartidores rondan los 4 mil pesos, a los que se restan impuestos, penalizaciones por errores o demoras de entrega, y, en algunos casos, como en Uber Eats, además se les cobra una comisión de 25 pesos por usar la plataforma.
“Las plataformas no pierden dinero, tienen un modelo muy básico en donde cobran un porcentaje de cada servicio, y comisiones por hacer uso de software, entonces si hay que aumentar el precio lo hacen”, indicó Juan Pacheco, socio director del despacho contable y de negocios De la Paz, Costemalle - DFK.
A partir del 1 de enero del 2021, como consecuencia de la Reforma Fiscal, las plataformas están obligadas a retener el ISR, “las aplicaciones nos retienen 2 a 3 por ciento por cada pedido, y a parte presentas declaración mensual o bimestral, según elijas, y en caso de que no entregues RFC y Clave electrónica retienen 30 por ciento”, explicó Saúl Gómez, vocero de Ni Un Repartidor Menos, el colectivo que promueve una agenda en pro de los derechos de estos trabajadores.
El resto de los impuestos es presentado por los llamados ‘socios’ de las apps en sus declaraciones al Servicio de Administración Tributaria (SAT), donde la retención es del 8 por ciento.
Más pedidos, pero les recortan hasta 30% las ganancias
El incremento en la demanda de pedidos provocó una reducción de hasta 30 por ciento en las comisiones de los repartidores.
El pago promedio actual va de los 500 a los mil 100 pesos por cada 15 y 28 pedidos, respectivamente, esto sin importar el monto de compra, lo que implica que aunque la plataforma gane más comisión a mayor ticket, el que hace las entregas siempre verá el mismo bono.
“Ahorita la cantidad de pedidos ha subido demasiado, y nos bajaron la cantidad de la paga, porque antes por 28 pedidos te daban mil 350 pesos, y por 15 pedidos te daban 700 pesos”, compartió Abraham, repartidor de Uber Eats, Rappi y DiDi Foods.
En caso de que se superen los 28 pedidos, las demás entregas se pagan individualmente por kilómetros recorrido, con entre 21 y hasta 50 pesos en promedio, y si hay lluvia o alta demanda se pueden ganar hasta 60 pesos por entrega.
Inseguridad, aún con seguro
En 2018 las plataformas de entregas contrataron seguros de accidentes y en algunos casos de vida para sus repartidores, pero el riesgo que viven aún es alto. “Con las tres tenemos un seguro de protección personal, si vamos por un pedido con Uber tenemos Axa, con Rappi GNP y con DiDi está Chubb. Estos solo cubren lo mínimo, raspaduras, golpes medios, pero los fuertes como pérdida de extremidad o fracturas, algunos son en reembolso si cumples las condiciones”, reclamó Gómez.
Paola Ángel, vocera de Ni Un Repartidor Menos, alertó que los seguros no protegen a los repartidores que enfrentan acoso o violencia por parte de los mismos clientes.
“Hace unos meses una chica fue a entregar pedido a Gabriel Mancera la agarró del brazo al entregar el pedido y la metió al departamento y la empezó a golpear para poder violarla, pero la compañera logró salir. Han salido clientes desnudos o en bóxer, y según las aplicaciones te apoyan, pero aunque levantes la denuncia le creen al cliente y te bloquean la cuenta”, denunció Ángel.
La Cepal reveló en su reporte que, en algunas labores de entrega en las aplicaciones de reparto se asocian a un elevado riesgo de accidentes y asaltos.
“Son sobre todo los repartidores los que enfrentan riesgos elevados: en la Ciudad de México, más de un 40 por ciento de los encuestados ha sufrido un accidente y alrededor de un 23 por ciento ha sido víctima de un robo”, citó la Cepal, que agregó que otros factores que afectan la seguridad y salud personal de estos trabajadores son las condiciones meteorológicas adversas.