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Agencia Federal de Aviación Civil, entre el espionaje y la corrupción, denuncian funcionarios

Más de una decena de funcionarios mostraron documentos y denuncias que fueron ignoradas por el director de la AFAC

Funcionarios acusan que en la AFAC se ha tolerado el robo de exámenes, las escuchas ilegales y se han hecho denuncias de corrupción, sin que haya consecuencias. (Cuartoscuro)

Una decena de funcionarios de alto y mediano rango entrevistados por El Financiero acusan que la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), la máxima autoridad aeronáutica en el país, opera en medio de una red de corrupción, escuchas ilegales e impunidad, lastres que han arrastrado a la seguridad aérea del país a una categoría menor y que complican la recuperación de la misma.

De acuerdo con un seguimiento de reportes y denuncias investigadas por El Financiero durante los últimos nueve meses, funcionarios han narrado la corrupción que entraña la autoridad aeronáutica, la cual, aseguran, ha sido tolerada por su director, el general en retiro, Carlos Rodríguez Munguía, junto a un grupo de funcionarios de la AFAC.

La corrupción llega a tal nivel que el funcionario que robó el examen de egreso a piloto comercial de ala fija, helicópteros y aerostatos continúa cobrando en el gobierno a pesar de la denuncia del exdirector del Centro de Adiestramiento en Aviación Civil (CIAAC), Benjamín Romero, y no solo esto, sino que el propio Marco Toro Moreno, jefe de logística para programas especiales y On the Job Training, aceptó haber sustraído el examen y sus respuestas, pero culpó al general en retiro quien un mes antes lo había exhibido formalmente.



El acta de hechos, de la que este diario tiene copia, fue “elaborada” un día después del despido de Romero, es decir, el 6 de octubre y la declaración de Toro sobre ese tema comenzó a las 19:33.

Fuentes dijeron a este diario que el acta fue redactada después de la aparición del reportaje sobre el robo de los exámenes que se publicó en El Financiero; con lo que funcionarios de la AFAC fabricaron esa prueba para culpar al general Romero, el mismo que denunció formalmente la corrupción un mes antes.

Los testigos que firmaron el acta fabricada son, además de Toro, Lizeth Medellín Castañón, jefa de departamento de Recursos Humanos, Octavio Olalde Valdivia, jefe de departamento, y Norma Crespo Horta, técnica especializada.

Romero denunció, con pruebas incluidas, que Toro Moreno tenía indebidamente dos cuentas para ingresar al Sistema Integral de Administración de Regulaciones (SIAR): una inactiva y otra activa. En el acta que Toro solicitó voluntariamente, él aceptó haber sustraído en una USB el examen en “junio o julio”, y culpó a Romero de haberle ordenado esa irregularidad.

Sin embargo, Toro omitió declarar que él accedió, en realidad, en tres ocasiones al examen para imprimirlo: el 3 de febrero, el 8 de febrero y el 28 de junio del 2021.

En febrero, el general Romero aún no ostentaba el cargo de director del CIAAC, puesto que ocupó en junio. El general en retiro solo estuvo a cargo del Centro durante cuatro meses, pues el 5 de octubre fue obligado a dimitir.

Aunque la AFAC oficialmente dijo que la salida de un grupo de colaboradores, incluido el exdirector del CIAAC, fue por “motivos personales”, para el despido del funcionario que había denunciado corrupción, la autoridad aeronáutica utilizó una serie de grabaciones obtenidas de forma ilegal.

Durante más de un mes, las grabaciones, realizadas por el personal de la autoridad aeronáutica cercana a Martha León, quien se quedó con el puesto del general Romero, sirvieron como armas para el despido de varios colaboradores de la AFAC.

“Fue una grabación directa en sitio, esa acción que cometieron fue grotesca, no legal”, dijo una de las fuentes de alto rango que pidió mantener el anonimato. El general Rodríguez está enterado de las grabaciones y fue omiso ante las denuncias realizadas por el director del CIAAC, según fuentes consultadas.

El Financiero solicitó en varias ocasiones entrevista con el director de la AFAC a través de la oficina de prensa de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), y de su oficina en la AFAC, sin obtener respuesta.

Fuentes de alto nivel dijeron a este medio que las decisiones no se fraguan directo con el titular de la AFAC, sino que provenían de la subsecretaría de Transportes, que estuvo encabezada por Carlos Morán Moguel.

Tanto Martha León, directora del CIAAC, como Leonardo Martínez, jefe del proyecto de recuperación de la categoría 1 son protegidos del exsubsecretario-ahora director del AICM.

“Esos funcionarios contaban con la anuencia del subsecretario Morán, de otra manera no se puede explicar que no hicieron nada con las denuncias de corrupción. Las decisiones en la AFAC no se toman desde la dirección, sino desde la subsecretaría de Transportes”, dijo la fuente anónima.

Este diario ha solicitado una entrevista con el ahora director del AICM, que fue degradado en su situación jerárquica al pasar de ser la cabeza del gobierno en Transportes y Telecomunicaciones, a director del aeropuerto capitalino, pero no recibió respuesta.

Mientras tanto, la nueva directora del CIAAC ha comenzado a solicitar a las escuelas de pilotos, entreguen una lista de mil 500 preguntas para la elaboración de un nuevo examen de pilotos. No obstante, los funcionarios denunciados, como Toro Moreno, continúan cobrando en la autoridad aeronáutica.

Y los esfuerzos por recuperar la categoría en seguridad aérea se han visto truncados por Martínez, quien ha asegurado ante los auditores estadounidenses avances sin poder justificarlos.

“Abiertamente el encargado miente a los auditores y la industria aérea decidió apoyarlo para evitar problemas con el gobierno”, dijo otra fuente.

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