El gobierno adeuda alrededor de 10 mil millones de pesos a la industria farmacéutica relacionados con los procesos de compra y distribución de medicamentos realizados por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS).
“La deuda a la industria debe ser superior a 10 mil millones de pesos, hay que recordar que el hecho de tener más de dos procesos de compra ante un sistema de distribución y logística con muchos rezagos ha llevado desfases importantes en la comunicación para que corran los pagos a proveedores”, estimó Enrique Martínez Moreno, vicepresidente de la consultora de venta a gobierno, INEFAM.
De este monto la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), que dirige Rafael Gual, confirmó que al menos 6 mil millones de pesos corresponden a sus 186 agremiados.
“Hay mucha opacidad en todos los procesos que se llevaron a cabo, de las empresas que nos han reportado, que no es el total, son más de 6 mil millones de pesos, es impresionante lo que se le debe a la industria”, confirmó Gual.
El 50 por ciento de la deuda se concentra en la Oficina de las Naciones Unidas para Servicios de Proyectos (UNOPS), el restante es del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y el IMSS.
El año pasado el gobierno desmanteló el sistema de compras del Insabi y el UNOPS y optó por adquirir medicamentos a través de adquisiciones directas, lo que provocó que hubiera dos sistemas y muchos rezagos en los pagos, acusó el Instituto Farmacéutico (INEFAM).
Bajo el discurso de hacer frente a la corrupción y los sobrecostos en la compra de medicamentos y material de curación del sector salud en el 2020 le encargaron el proceso a la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en sustitución del IMSS, el 43 por ciento de la licitación quedó desierta y se tuvo que recurrir a adjudicaciones directas, lo que eliminó la expectativa de ahorro.
Esto se suma a las fallas detectadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que arrojó que, para el ejercicio del 2020, hay un monto por aclarar de 6 mil 714.3 millones de pesos en lo que respecta al proceso que lideró Hacienda y los diferentes programas para la prestación de servicios de salud, medicamentos, que surgieron para solventar la desaparición del Seguro Popular y la creación del Insabi.
“En 2021 estará mucho peor la auditoría, porque los datos de acceso están mucho peor. El desabasto ha sido sistemático, inclusive la Sedena tuvo aumento en recetas no surtidas”, comentó Andrés Castañeda, coordinador del Colectivo Cero Desabasto.
El 2021, el peor año en desabasto de fármacos
Para el 2021 el Insabi, todavía sin reglamento para operar, firmó un acuerdo con la UNOPS para que se encargaran del proceso de adquisición de medicamentos y material de curación de 2021 a 2024.
En el 2021 hubo un aumento de 188 por ciento en el número de reportes por desabasto en las farmacias del sector salud, ubicándolo como el peor año en abasto de medicamentos en la historia del país, reveló el informe Desabasto 2021 del Colectivo Cero Desabasto.
“Vamos a seguir viendo retrasos en logística y distribución, sin duda las instituciones están recurriendo a propias compras, por ejemplo, a Pemex y servicios de salud de Guanajuato ya no les interesó ni UNOPS, ni el Insabi, están resolviendo por su propia cuenta, y hay otras”, agregó Martínez Moreno.
Los padecimientos que enfrentan un mayor desabasto son cáncer, diabetes, posttransplantes, hipertensión arterial y salud mental.
Compran 37% menos de lo necesario
Datos preliminares recabados por INEFAM revelan que en el 2021 las instituciones de Salud Pública en México adquirieron mil 077.6 millones de piezas de medicamentos, esto es 37 por ciento menos de las mil 700 millones de piezas que se requieren para operar.
“No se compraron las medicinas, y por más que un funcionario público tenga buenas intenciones, o que un estado le quiera echar más ganas, y no tiene chance de comprar directo, difícilmente solventará la carga. Y que, además, la mayoría de las compras que se hicieron fue por adjudicación directa y eso está llevando a sobrecostos y perdiendo la certeza a la industria”, expuso Castañeda.
Y para el 2022 los análisis de la consultora arrojan que el escenario de desabasto prevalecerá, además de que se espera que más del 50 por ciento de la compra terminará en adjudicación directa.
“La razón es que UNOPS incluso está haciendo compras menores, 380 millones de piezas, e Insabi igual con cerca de 400 millones de piezas para cubrir el año, cuando el mercado mexicano requiere más de mil 700 millones de piezas, me parece que esa dejando un margen importante para que vuelvan a ocurrir licitaciones adjudicaciones directas de manera individual”, explicó Martínez Moreno.