El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania amenaza a la industria automotriz, debido a que el país gobernado por Vladimir Putin consolida el 37 por ciento de la producción mundial de paladio, un metal clave para los catalizadores de los escapes de los vehículos
Desde que inició el conflicto bélico el precio del paladio se incrementó en 25 por ciento al superar los 3 mil dólares por onza por primera vez desde mayo de 2021.
Además, Rusia es el tercer productor de aluminio más grande del mundo, el quinto socio comercial más grande de Europa y el que proporciona el 50 por ciento del gas a la región y el 27 por ciento de su petróleo.
Por si fuera poco, el 30 por ciento del petróleo mundial se transporta a través de Ucrania, quien provee más del 90 por ciento del gas neón utilizado en los láseres destinados a la industria de semiconductores.
Eric Ramirez, director gerente de Urban Science en México explicó que habrá efectos a corto plazo especialmente por al alto precio de los energéticos, lo que impactará al armado de algunos componentes.
“En el corto plazo ya lo empezamos a ver que es el incremento en el precio de los energéticos, particularmente en el petróleo. Eso es un efecto inmediato que puede tener un efecto para el mercado automotriz de las gasolinas y obviamente también ver propulsiones alternas o ver que los clientes se fijen un poco más en la economía del combustible dado los incrementos en los energéticos”, aseveró.
Por su parte, Guido Vildozo, gerente senior de pronóstico de ventas de autos ligeros en las Américas de S&P Global comentó en entrevista con El Financiero que la proveeduría podría verse afectada fuertemente en el futuro, dependiendo de la duración del conflicto.
“El problema puede ser que venga en el sector de proveeduría porque hay bastante materia prima para selectas industrias, hay otros químicos y gases que salen de Ucrania. A nivel global podríamos ver un impacto de múltiples millones de unidades siendo canceladas en cuanto a producción por este tema de materia prima. Sin embargo, no vemos todavía de momento una secuela de la misma magnitud que existe por ejemplo como lo que hubo para semiconductores en el año pasado”, comentó Vildozo.
Por otro lado, Sarai López, gerente de desarrollo de negocios, estudios y estadísticas en Jato Dynamics, añadió que el conflicto bélico podría traer un impacto en la aportación del sector automotor al PIB y en los costos de producción.
“Obviamente los costos de producción en la industria van a tener un ligero incremento, lo cual esto sí nos puede impactar mucho de manera colateral en la parte de la industria automotriz”, comentó López.
Por su parte, Francisco Bautista, socio líder de Movilidad y Manufactura Avanzada de EY Latinoamérica Norte comentó que de momento no hay manera de predecir el tamaño del impacto al sector automotor por el conflicto bélico.
“Depende de muchísimas cosas, es la duración, es el tema de cómo acabe, no me refiero a quién gane, sino a sanciones que pueden existir y si todo este conflicto crece, puede ser algo preocupante para el mundo y entonces puede haber todavía mayores impactos”, comentó Bautista.
Suspenden armadoras operaciones
Actualmente, marcas como la autopartera mexicana Nemak y las armadoras Toyota, Honda, Ford, Nissan, Subaru, Volkswagen, Mazda y General Motors han anunciado la suspensión de operaciones en Rusia, después de la invasión a Ucrania.
La semana pasada la mexicana Nemak anunció el paro de sus operaciones en Rusia en línea con medidas similares anunciadas por sus clientes en dicho país.
Rusia es el tercer productor de aluminio más grande del mundo y uno de los proveedores de Nemak, ya que el 4 por ciento de sus necesidades totales de este material provienen de este país.
Toyota anunció la semana pasada que detendría producción en su planta en San Petersburgo y frenaría los envíos de vehículos a Rusia. Nissan, Honda y Subaru anunciaron que suspenderían sus exportaciones de automóviles y motocicletas a la nación, mientras que Mazda frenó los envíos de piezas a una planta en Rusia
Volkswagen detuvo la producción de dos de sus plantas en Alemania, mientras que Ford Motor suspendió operaciones en Rusia.
