De enero a julio de este año, el registro de viviendas nuevas en México se desplomó 37.78 por ciento anual, al reportarse 83 mil 346 unidades nuevas en todo el país, 50 mil 601 inmuebles menos, comparado con las 133 mil 947 registradas en el mismo periodo del 2021, de acuerdo con datos del Registro Único de Vivienda (RUV), debido a que la producción de las desarrolladoras se ha visto afectada por el encarecimiento en los costos de materias primas como el cemento, concreto, energía, y el aumento de las tasas de interés que hacen más caro el financiamiento de créditos a la construcción.
Incluso la producción de obra se encuentra 18.23 por ciento por debajo de las 95 mil 602 viviendas nuevas que se edificaron de enero a julio del año pasado.
“Desgraciadamente cuando hicimos el cierre del primer semestre no fue un cierre bueno, estamos en registro de vivienda debajo de 30 por ciento y en colocación un 35 por ciento de lo planeado como industria, entonces lo que nosotros hemos buscado son alternativas de solución para estos cuatro meses que nos quedan”, dijo Luis Alberto Gómez Monroy, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi).
En entrevista con El Financiero, el representante de las desarrolladoras de vivienda más grande del país como Vinte, Sadasi, Javer, Cadu y Ara, destacó que ante este escenario de poca obra e inicio de proyectos, están buscando soluciones con organismos como el Infonavit para agilizar la colocación de créditos y llevar el financiamiento de nuevas casas a donde hay más rezago, que son las de interés social o para los trabajadores.
“La problemática es por muchos lados, los precios de los materiales se mueven siempre al alza, las tasas de interés también han aumentado, todo esto ha traído como consecuencia mayores tiempos, se ha postergado el registro de nuevos proyectos y la inversión no se ha dado como hubiéramos querido”, señaló.
De acuerdo con los datos del RUV, las entidades con mayor rezago o menos viviendas en producción hasta julio, son Campeche, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Tlaxcala y la Ciudad de México, esta última con apenas 479 casas nuevas en producción, mientras que Nuevo León, Jalisco y el Estado de México destacan por ser los estados con mayor volumen de obra nueva en construcción.
“Hay una colocación de vivienda nueva buena en niveles arriba de 1 millón y medio de pesos, se ven números muy favorables de créditos hipotecarios, la banca han sido los que han ganado en esta coyuntura, ahí se han colocado más créditos que nunca, pero debajo del millón y medio de pesos a través de las Onavis, el Infonavit, Fovissste, ha costado muchísimo”, comentó.
Expuso que muchos constructores y desarrolladores de vivienda aún enfrentan mucha incertidumbre por el encarecimiento de la tierra y materiales, por lo que varios de ellos han decidido esperar hasta que mejoren las condiciones para invertir en proyectos. Destacó que este nerviosismo podría mermar las metas de la Canadevi para este año en producción.
“Nosotros como Canadevi pensábamos tener una producción de 240 mil viviendas, desgraciadamente no tenemos números buenos, estamos por debajo de esta meta y espero que la gente se anime a registrar nuevos proyectos y el derechohabiente se anime a comprar una casa, son dos vertientes que tenemos que trabajar”, detalló.
Por otro lado, de acuerdo con datos de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), en total Vinte, Javer, Cadu y Ara, vendieron en el primer semestre un total de 12 mil 435 viviendas nuevas, cifra que se colocó 4 por ciento debajo de las 12 mil 998 unidades escrituradas en el primer semestre del año pasado.
Según las empresas, el incremento en los precios de las casas amortiguó la caída en volumen de ventas, mientras que para el cierre de año se espera aún un incremento en los costos que podría oscilar entre el 11 y el 17 por ciento a causa de la inflación.
Esta situación podría impactar el desarrollo de vivienda de menor costo, o vivienda social, en donde en la actualidad hace falta oferta, pues muy pocos desarrolladores tienen interés o proyectos en planes para atender la demanda en la base de la pirámide.
“Hoy en día por cómo están los costos de terrenos y de materiales, lo que más se arranca es vivienda media y residencial, pero eso no significa que no hay demanda de vivienda social, hay mucha más demanda, lo que pasa es que no hay oferta, los que tienen la capacidad de producir vivienda social, son los que mejor venden”, dijo Rodrigo Padilla, director general del Banco Inmobiliario Mexicano (BIM).
Por otro lado, Francisco Solares Alemán, presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), señaló que, a pesar del repunte de la inflación en los costos de construcción y materiales, las empresas constructoras han podido repuntar su nivel de producción, aunque aseguró que aún se requiere más inversión.
“El sector de la construcción en México trabaja a pesar de la falta de inversión en proyectos públicos y privados, un permanente aumento en los costos de insumos y una menor apertura por parte de los tres niveles de gobierno a las licitaciones públicas”, dijo.
Añadió que la inflación en la industria no ha permitido recuperar los niveles de producción previo a la emergencia sanitaria del COVID-19.