Larry Rubin, presidente de The American Society of Mexico, –una organización sin fines de lucro y apartidista, destinada a representar los intereses privados de la Unión Americana en nuestro país– aseguró que el litio es uno de los temas más importantes dentro de la agenda entre ambas naciones.
“El litio es uno de los temas importantes en la agenda binacional y así lo hemos expresado, porque queremos trabajar con las autoridades mexicanas para que tengan presentes a los empresarios, pero también para acotar este tema central que permitirá construcción del mejor ambiente y de mejores condiciones para la inversión”, señaló el líder empresarial.
México se encuentra entre los diez países con el mayor número de reservas de litio, con 1.7 millones de toneladas; hasta ahora, Sonora, Jalisco, Durango Nayarit y Puebla son las entidades en donde se han identificado 20 yacimientos de este material, de los cuales 13 se encuentran en Sonora.
Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conacyt) ya trabaja en el desarrollo de técnicas extractivas para el litio, los expertos y los propios representantes empresariales señalan que, para aprovechar y sacar el mayor potencial a este recurso, es necesaria la inversión privada.
Alejandro Fajer, director de Operaciones en Quartux, una startup que ofrece soluciones de almacenamiento de energía con tecnología ion-litio, aseguró que, por sí solo, el gobierno federal no tiene ni la capacidad técnica, ni la infraestructura, ni la inversión, cuando menos en el corto plazo, para extraer el litio y para transformarlo en productos terminados.
“La inversión privada es esencial para acelerar la extracción y transformación del litio; hoy en día hay muchos inversionistas extranjeros, que están dispuestos a meter capital en este tipo de proyectos, se están deteniendo porque no existe claridad en las reglas, porque tienen miedo de que se las vayan a cambiar”, indicó Alejandro Fajer.
Añadió que los recursos del gobierno para extraer litio hoy en día son sumamente limitados, toda vez que tiene previsto invertir apenas 36. 8 millones de pesos para 2023 y 2024, mismos que serán repartidos para exploración y evaluación de yacimientos.
México está muy por debajo de su potencial para convertirse en un actor clave de la industria del litio a pesar de estar entre los países con mayores reservas, esto, a su vez.
“La transición energética, el avance de la electromovilidad y las energías limpias, representa una ventana de oportunidades para un país rico en el mineral, ya que podría ser utilizado para baterías de vehículos eléctricos”, comentó Alejandro Fajer.
Sin embargo, el mayor desafío que tiene México está relacionado con las iniciativas para procesar localmente la producción de baterías de iones de litio o sus componentes.
“México tiene gran potencial para ser un actor clave en la industria mundial del litio, sobre todo por su cercanía con Estados Unidos; no obstante, su potencial está muy por debajo de lo esperado, ya que ni siquiera hemos empezado a extraer el litio porque desde el gobierno se ha tomado la decisión de reservar su explotación para la nación”, sostuvo.
Capitalización del litio no será para siempre
La demanda acelerada de litio parece que no será tan duradera como se prevé, sin embargo, se espera que durante los próximos 10 o 15 años la demanda del mineral continúe al alza; Según la plataforma de datos Statista, la demanda de litio alcanzará los 2.1 millones de toneladas para 2030, desde el poco más de medio millón de toneladas que registró en el último año.
“Aunque todavía están en una fase de prueba, las baterías de iones de aluminio, que basan su funcionamiento en una reacción electroquímica, tienen un gran potencial para sustituir a las de litio, sobre todo porque hay aluminio en abundancia, lo que hace que sea más barato, pero además se ha demostrado que es extremadamente eficiente, seguro y menos contaminante”, sostuvo Ramón Beltrán, empresario de la industria del aluminio.
En este sentido, Alejandro Fajer recordó que el año pasado los precios del litio crecieron hasta 300 por ciento, una situación que México, dijo, pudo aprovechar si no estuviera cambiando las reglas para la explotación del mineral.
“La capitalización del litio no va a ser para siempre, vienen nuevas tecnologías, nuevos tipos de baterías con materiales que son más eficientes, más baratos y con menor impacto ecológico. De no implementar en el corto tiempo una industria de extracción y transformación del litio”, concluyó.