Durante los últimos tres años, los sistemas anticolisión de las aeronaves que operan en México han registrado activaciones que van en aumento y, durante los primeros ocho meses de este año, se registró el número más alto de casos de este tipo de incidentes aéreos, que están relacionados con la saturación de los controladores de tránsito, la deficiencia en el número de personal técnico, además de los intentos del gobierno por reorganizar, sin los requerimientos técnicos necesarios, de acuerdo con expertos, el tránsito aéreo en el Valle de México.
Información obtenida por El Financiero vía transparencia muestra que, entre enero y agosto de este año, se han registrado 48 incidentes de activación de los TCAS –que es un sistema que prevé posibles colisiones entre aeronaves– que fueron notificados por los pilotos a la autoridad mexicana.
La activación de este sistema permite que los aviones asciendan o desciendan para evitar choque entre ellos, en coordinación con los controladores de tránsito aéreo.
De acuerdo con los registros de los Servicios de Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), desde el 2021 a agosto de este año, se han registrado 133 incidentes de esta naturaleza, en la que las aeronaves se han acercado a niveles inseguros. La mayoría de los casos de activación de las alarmas anti colisiones se dieron entre aeronaves comerciales, aunque también hay un par entre aeronaves y helicópteros.
Si solo se consideran los periodos enero-agosto de cada uno de los tres años, los registros de Seneam muestran que este año ha sido el que más incidentes de activación de alertas anticolisiones se han registrado. Mientras que en los primeros ocho meses del 2021, el número de incidentes TCAS fue de 18, el año pasado esa cifra se incrementó a 38 en el mismo periodo. Para este año, se han registrado 10 incidentes más que en igual periodo del 2022.
Del total de activaciones de las alertas anticolisiones de este año, 25 se han reportado en el área terminal de México, la última de ellas el 18 de agosto, entre una aeronave modelo B738 y un A320.
Fuentes de alto nivel, con conocimiento del tema, dijeron que los incidentes en el control de tránsito aéreo se han incrementado por la combinación de falta de personal técnico en las torres de control, la inexperiencia de los nuevos controladores de tránsito aéreo, así como la deficiente infraestructura, además de las decisiones, sin sustento técnico, que se han tomado.
De acuerdo con el Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo (Sinacta), el país requiere, por lo menos, 500 controladores más para hacer frente a las operaciones aéreas que tiene actualmente el país; no obstante, el cambio generacional no está permitiendo que se formen los controladores necesarios y, además, el gobierno no ha abierto las plazas necesarias.
El Financiero ha obtenido reportes de controladores aéreos del país que han considerado una serie de por lo menos 25 incidentes adicionales catalogados como ‘súper peligrosos’, ocurridos entre julio y agosto, en donde aeronaves han estado a punto de colisionar por las indicaciones erróneas de personal de diferentes torres de control, además de algunos casos en donde la carga de trabajo es desproporcionada para un solo controlador y compromete la seguridad de las operaciones aéreas.
Asimismo, hay reportes en donde pilotos de aeronaves no han atendido las indicaciones del control aéreo en el AICM y han invadido la pista en donde se realizaban procedimientos de despegue.
Entre los reportes considerados peligrosos está en el que involucró a dos aeronaves de aviación privada, el primero, con matrícula XAVCZ y el XAMHA, los cuales estaban por descender en el aeropuerto de Toluca el 17 de junio.
La primera aeronave recibió un control peligroso por parte de aproximación de Toluca, en donde se le autorizó para aterrizar, y se le pidió virar al norte donde se encontró con la segunda aeronave con una separación de apenas 98 pies, es decir, 30 metros, además que se encuentra con una separación comprometida con el vuelo de Viva Aerobus 4042.
Otro de los eventos ocurrió el 25 de julio, entre una aeronave de Aeroméxico Connect (SLI2689) y otro de Aeroméxico (158), con un acercamiento a una altura de 17 mil pies al sur del AICM, dando como resolución un evento RA-TCAS peligroso.
Otro incidente ocurrió el 5 de agosto, en donde dos aeronaves de Aeroméxico, de los vuelos 659 y 243, tuvieron una aproximación a 16 mil pies en la llegada a las pistas 23 en el AICM.
Un incidente más en el AICM ocurrió el 30 de julio pasado, cuando el piloto del vuelo de Volaris 183 se equivocó en el sentido del viraje en pista indicado por la torre de control e invadió la trayectoria del despegue del vuelo 1024 de Viva Aerobus.