Empresas

Dulce o truco: ¿Quién es dueño de Chilim Balam? Esta es la historia de la dulcería nacida en Edomex

La cadena de dulcerías Chilim Balam es obra de Dan Schwarzblat, quien fundó la empresa cuando era estudiante de mercadotecnia y la tuvo consigo hasta que llegó un nuevo dueño.

Dan Schwarzblat, fundador de Chilim Balam, inauguró la primera tienda en 1996 en el centro comercial Interlomas, en el Estado de México. (Especial)

Con el Halloween y el Día de Muertos se vuelve común escuchar “¿dulce o truco?” y la ‘picosita’ historia de Chilim Balam comienza por allá de 1996.

En ese entonces un estudiante de mercadotecnia, junto con tres socios, buscaba obtener ingresos y puso en práctica los conocimientos que adquiría como alumno del Tec de Monterrey para crear un modelo de negocios que ha crecido y ya hasta cambió de dueño.

Chilim Balam nació en Tecamachalco, Estado de México, hace 27 años, cuando abrió su primera sucursal. A partir de entonces, el negocio que “empezó como un juego” para ayudar a un estudiante ha crecido tanto que supera los dos millones de dólares anuales en ventas.

La historia detrás de Chilim Balam

La dulcería inspiró su nombre en los Chilam Balam, libros escritos por mayas yucatecos principalmente entre los siglos XVIII y XIX. Encabezados por Dan Schwarzblat, el estudiante del Tec de Monterrey que fundó la marca, los primeros propietarios de la cadena de dulcerías jugaron con el nombre.

Además, acordaron utilizar la imagen de un jaguar (balam, en maya) como logo de la empresa para fortalecer su identidad más mexicana.

Chilim Balam empieza en una búsqueda de algo que refleje el México, la cultura, el sello que queríamos tener. De alguna manera estaba ahí guardado en algún rincón de la cabeza el Chilam Balam que se estudia en la escuela, con el libro de los Mayas, y esa combinación de letras, simplemente cambiamos letras: la i por la a. Balam es jaguar, y para nosotros el Chilim Balam es el jaguar enchilado, el jaguar es nuestro personaje que identifica la marca”, dijo uno de los fundadores en entrevista.

La idea de crear una dulcería comenzó a tomar forma cuando Schwarzblat y sus socios notaron que “en los centros comerciales no había dulcerías” y que se trataba de “un nicho de mercado que nadie explotaba”.

Con esos argumentos, los estudiantes reunieron 60 mil dólares gracias a préstamos de familiares y amigos, a quienes les explicaron a detalle su modelo de negocio.

¿Quién es Dan Schwarzblat, el fundador y propietario original?

Dan Schwarzblat, fundador de Chilim Balam, inició su aventura como empresario cuando era estudiante en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey. Su visión le permitió detectar una oportunidad en el mercado de las golosinas mexicanas y las plazas comerciales, un sector que hasta 1997 estaba desatendido.

Schwarzblat inauguró la primera tienda en 1996 en el centro comercial Interlomas, en el Estado de México.

Además de su rol como fundador, Schwarzblat ha jugado un papel crucial en el desarrollo y expansión de la empresa, llevándola a tener puntos de venta en la Ciudad de México, Guadalajara, Jalisco y a ofrecer más de 500 variedades de dulces, chocolates, paletas y botanas.

Bajo su liderazgo, la cadena de dulcerías no solo creció en términos de presencia en centros comerciales, sino que innovó con su propia línea de dulces y salsas, lo que permitió a Chilim Balam revolucionar la forma en la que los mexicanos compran sus dulces.

Otro de los fundadores de Chilim Balam es Enrique Osoviecki, un ingeniero industrial que tenía una tienda de manteles en el centro de CDMX antes de incursionar en el mercado de las golosinas.

“Aunque de formación soy ingeniero, mi primera fase de experiencia laboral fue en el ramo industrial. Me motivaba tener algo propio y tenía el sueño de hacer algo diferente (…) En particular, el tema de los dulces es algo que desde la infancia traigo, el gusto de quizás consumirlos de alguna manera especial, y que ha sido parte del sello de Chilim Balam”, dijo en entrevista con la revista Emprendedores, de la UNAM.

El camino hacia la franquicia

La expansión de Chilim Balam comenzó en 2003, cuando la cadena de dulcerías salió de la Ciudad de México.

A partir de ese año, Chilim Balam comenzó a ofrecer oportunidades de franquicia, lo que permitió a la empresa incrementar su presencia en distintas regiones del país. Gracias a esta estrategia, estableció un ritmo de apertura de seis tiendas por año.

Una de las claves de su modelo de franquicia es su concepto novedoso de autoservicio, donde se ofrecen especialidades como chamoyadas, mechudos y paletas preparadas con la salsa Chilim. Este modelo ha demostrado ser exitoso, pues la marca ha sido acreditada por el Programa Nacional de Franquicias.

De acuerdo con sus socios originales, el diferenciador es la amplitud de productos, puestos que se pueden encontrar 700 tipos de golosinas, 70 por ciento de las cuales son mexicanas, mientras que el resto se importan de Estados Unidos, España, Alemania y algunos países de Sudamérica.

No obstante, Chilim Balam también ha enfrentado ‘tragos amargos’. Su entrada a centros comerciales ha implicado diferentes retos, como la competencia directa con tiendas departamentales y cadenas de cine. De acuerdo con uno de los socios originales, cuando Chilim Balam se instala en una nueva plaza, la primera restricción es que debe estar alejada de los cines.

¿Qué tiendas compiten con Chilim Balam?

“Al manejar más de 700 productos siempre le pegamos a alguien: a los cines, al Sanborns, al VIPS, pero nosotros fuimos los pioneros en este concepto”, asegura Dan Schwarzblat, quien recuerda que su cadena fue pionera. “Cuando abrimos, Liverpool no tenía la dulcería que tiene ahora, vendía dulces regionales, y ahora son competencia directa, luego siguieron cines, Palacio de Hierro y Sears”, señala.

Esta cadena de dulcerías tiene otros rivales, como Granel Dulcerías, Candy Gold y Jalil Dulcerías, las cuales no tienen presencia en centros comerciales.

¿Quién compró Chilim Balam? Grupo Herdez le entra a los dulces

Apenas este año, Chilim Balam cambió de dueños. Grupo Herdez, uno de los principales productores de alimentos procesados de México, adquirió la marca y la sumó a su portafolio de cadenas como Cielito Querido Café, Nutrisa, Lavazza y Moyo.

La incorporación de Chilim Balam al Grupo Herdez fue vista como una oportunidad estratégica para expandir su distribución, incluso contemplando el mercado estadounidense. La operación fue liderada por los Hernández-Pons, dueños de la empresa, reconocidos por su gestión en transacciones como la compra de Nutrisa y la operación de Cielito Querido Café.

En palabras de Gerardo Canavati Miguel, director financiero de Herdez, la adquisición de Chilim Balam “hace mucho sentido para nuestro portafolio”.

La influencia de Herdez en Chilim Balam

Al incorporar a Chilim Balam a su catálogo de marcas, Grupo Herdez ha aportado su experiencia en la industria alimentaria para potenciar su crecimiento y expansión. Desde la adquisición, se percibe un mayor alcance de la marca, con una creciente presencia en el mercado.

Herdez tiene la intención de llevar a Chilim Balam al mercado de Estados Unidos. La empresa ve un gran potencial en la marca, principalmente en el segmento de la nostalgia de los mexicanos residentes del otro lado de la frontera.

Además, la adquisición de Chilim Balam ha tenido un impacto positivo en el rendimiento financiero de Herdez. Con un aumento del 37% en su flujo operativo en el tercer trimestre de 2023, la incorporación de Chilim Balam fue un factor clave en este crecimiento.

También lee: