La aerolínea del Estado, que operará bajo la marca de Mexicana, tardará hasta febrero del 2024 en obtener al menos cuatro aeronaves Boeing 737 para comenzar operaciones como lo había planteado en su objetivo original, el cual tuvo que alterarse debido a una serie de complicaciones, revelaron fuentes que conocen el proceso de arrendamiento a El Financiero.
“Si todo sale bien, las aeronaves podrían estar en febrero, hay muchos arrendadores, propietarios que quieren hacer el negocio con el gobierno; el modelo de un bróker, que es el operador de los aviones, cambia la garantía de los seguros, lo hace oneroso y poco atractivo para rentar las aeronaves. La garantía no va contra el gobierno de México, va contra el bróker”, dijo la fuente que conoce el arrendamiento.
Se espera que Mexicana comience a dar servicio a partir del 26 de diciembre de este año con sólo dos aviones arrendados TAR, de la marca Embraer de 50 plazas y se prevé que, para febrero del próximo año, pueda cambiar a cuatro aeronaves 737-800, aunque todo depende de la disponibilidad de los aviones.
Dada la inexperiencia de la Sedena en el campo de la aviación comercial, la dependencia castrense designó a un intermediario para el arrendamiento de aeronaves que, en un inicio, serían diez, pero que ahora solo son cuatro de forma inicial.
La propuesta original del gobierno era comenzar con una decena de aeronaves Boeing 737-800, con una capacidad de 180 pasajeros en una sola clase; no obstante, las condiciones de mercado, la escasez de aviones en renta y la presencia de un tercero en el arrendamiento complicaron el inicio, pues ahora sólo contaría con cuatro aviones para despegar hacia nueve rutas, en lugar de las 20 planteadas con 20 aeronaves originalmente consideradas. Boeing dijo a El Financiero que sigue asesorando al presidente AMLO en la búsqueda de aeronaves.
Poca oferta de aviones
La búsqueda no solo ha tenido dificultades por la falta de aeronaves en el mercado, dado que la mayoría de ellas fueron acaparadas después del boom aéreo tras la finalización de pandemia del Covid-19, sino que el gobierno negocia los contratos a través de un tercero.
Es decir, un bróker o intermediario que asumiría la negociación con respaldo de la Sedena, lo que resta garantía para los dueños de las aeronaves.
Además, en su afán por cumplir el plazo presidencial, la Sedena aceptó rentar dos aeronaves Embraer-145 a TAR, una empresa con apenas cuatro aviones en su flota y que recibe del gobierno una renta de entre 80 y 100 mil dólares al mes por aeronave, cifra que duplica el precio de arrendamiento en el mercado, dijeron fuentes a El Financiero.
“El modelo de arrendamiento húmedo que están utilizando las aeronaves de TAR le está resultando un gran negocio porque el gobierno de México está pagando muy por encima la renta de éstas para salvar la fecha de inicio de operaciones”; dijo la fuente a este diario.