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El dulce éxito de Lulo Gelato en México; una década de sueños

Sofía Vélez comenzó su historia de éxito con una máquina casera de segunda mano, que por solo 160 dólares le permitió dar los primeros pasos.

"Yo podía trabajar 16 horas al día, prendía la máquina y empezaba producción, me escapaba a comprar más ingredientes, volvía y hacía otra receta; miro hacia atrás y digo qué locura”, relata Sofía Vélez. [Fotografía. Paco Álvarez]

En un viaje transformador que abarca una década, Sofía Vélez pasó de tener el modesto sueño de crear una marca llamada ‘Lulo Gelato’, respaldada por una máquina de segunda mano capaz de producir un litro de gelato por hora, a consolidar una empresa reconocida con presencia en comercios como HEB, Chedraui Selecto, Wild Fork y El Súper.

En entrevista con El Financiero, la emprendedora aseguró que su visión para el 2024 es convertir a  Lulo Gelato en una franquicia.

La historia de Sofía comenzó en 2013, cuando, tras su paso por la Universidad del Gelato en Bologna, decidió emprender con Lulo Gelato en México.

Sofía comenzó con una máquina casera de segunda mano, que por solo 160 dólares le permitió dar los primeros pasos hacia su sueño.


“Yo estuve en Italia en 2012, pero empecé con Lulo en 2013, como seis meses después de haber vuelto a México; el mayor reto en ese momento era encontrar capital para poder comprar las máquinas que necesitaba”, relató Vélez.

La compra de esa primera máquina se convirtió en ‘una bola de nieve’, que fue creciendo inercialmente. El impulso inicial llegó de manera inesperada en un congreso de alimentos en la CDMX.

“Estaba con varios chefs de Monterrey y uno me preguntó a qué me dedicaba y pensé que era mi oportunidad, le dije ‘yo personalizó gelato para restaurantes, y era justo lo que él buscaba”, recordó Vélez.

Los pedidos de más restaurantes empezaron a caer con el éxito de los sabores de sus creaciones de gelato de carajillo y queso de cabra con mermelada de guayaba, por mencionar algunos.


“Yo hacía de todo, iba y compraba los ingredientes a la central de abastos, preparaba y entregaba. Yo podía trabajar 16 horas al día, prendía la máquina y empezaba producción, me escapaba a comprar más ingredientes, volvía y hacía otra receta;  miro hacia atrás y digo qué locura”, rememoró la ahora empresaria.

Esa energía hoy tiene a Vélez como una de las galardonadas de la iniciativa Yo Creo en un México Mejor, iniciativa de A favor de lo Mejor, para cambiar la narrativa del país.

En 2017, abrió su primera tienda al consumidor en Monterrey, Nuevo León, y en 2019 entró a los refrigeradores de Wild Fork.

Para 2020 su marca ya había entrado en los refrigeradores de HEB, Chedraui Selecto, El Súper, además de estar presente en plataformas como Rappi y Uber Eats, donde la empresa tuvo que aterrizar por la pandemia del Covid y el cierre de restaurantes.

Actualmente tiene dos máquinas que le permiten producir hasta 2 mil litros de helado a la semana, que además de los restaurantes y las tiendas de retail se venden en cuatro sucursales propias ubicadas en Nuevo León, y ya están en proceso de convertirse en franquicia para poder llegar a más partes del país.

“Creemos que es una buena manera de continuar creciendo y mantener la calidad y el servicio, esto es un bebé para mí”, concluyó Vélez.

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