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¿Por qué las empresas mexicanas deben vender acciones?: Esta es la ‘gran oportunidad’, dice Barclays

El director de Barclays en México, Raúl Martínez, dijo que la gente está interesada en poner su dinero a trabajar en el país, lo que beneficia a las empresas nacionales.

Raúl Martínez-Ostos, presidente de Barclays México destacó por qué el país es atractivo para la inversión. (Bloomberg)

Las empresas mexicanas siguen adelante con sus planes de venta de acciones, en su intento por aprovechar un renovado interés de inversionistas de capital global, según el director de Barclays Plc en el país.

Raúl Martínez-Ostos, director ejecutivo y presidente de Barclays México, dijo que se están preparando entre cinco y 10 transacciones en los mercados de capital accionario, impulsadas por el éxito de varias cotizaciones recientes. Las empresas, que no identificó, cotizarían en bolsa a nivel nacional o en Estados Unidos, a medida que inversionistas extranjeros se decidan a comprar acciones mexicanas, dijo.

“La gente está poniendo su dinero a trabajar en México”, dijo Martínez-Ostos en una entrevista en el marco de la Convención Bancaria anual del país en Acapulco. “La gente ve aquí una gran oportunidad que no había visto en mucho tiempo”.

El repunte muestra cómo los inversionistas tienen la vista puesta más allá de las próximas elecciones y apuestan a que la economía mexicana seguirá siendo fuerte bajo el próximo Gobierno. Claudia Sheinbaum, que posee una ventaja dominante en las encuestas antes de la votación del 2 de junio, es considerada más favorable a las empresas que el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, quien no puede postularse a una reelección.


El peso mexicano ha sido una de las monedas principales con mejor desempeño este año, incluso ante el resurgimiento del dólar, gracias al apoyo de las altas tasas de interés locales, los estrechos vínculos con la economía estadounidense y las expectativas de que más fabricantes se trasladen al país en una tendencia denominada nearshoring. Según una encuesta realizada esta semana por Citibanamex, la economía crecerá un 2.4 por ciento este año, apoyada por la demanda interna, frente a una tasa del 3.2 por ciento en 2023.

Martínez-Ostos dice que no ha recibido preguntas sobre las elecciones durante las reuniones con los clientes. En lugar de ello, se centran en el éxito de las recientes cotizaciones de acciones en Estados Unidos por parte de Vesta y Tiendas 3B, junto con otros follow-on en México.

Capital International Investors y el fondo soberno de Singapur compraron posiciones significativas en esos valores, que han subido un 15 por ciento y un 7 por ciento desde su debut en bolsa en Estados Unidos, según datos recopilados por Bloomberg. Los inversores extranjeros invirtieron casi mil 100 millones de dólares en valores mexicanos durante febrero y marzo, rompiendo una racha de seis meses consecutivos de salidas, según los datos más recientes del banco central.

Martínez-Ostos ha dirigido a Barclays a través de algunos de los acuerdos más importantes del país durante la Administración de López Obrador, incluido el acuerdo del Gobierno por 6 mil millones de dólares para la compra de plantas de energía de la española Iberdrola y la adquisición de una refinería en Texas.


Barclays también asesoró a Fomento Económico Mexicano en la venta de su participación en acciones de Heineken y a la empresa inmobiliaria Vesta en su venta de follow-ups en Estados Unidos.

Potencial de fusiones y adquisiciones

Martínez-Ostos prevé que las fusiones y adquisiciones generen los mayores ingresos para México este y el próximo año. En 2023 hubo casi 26 mil millones de dólares en transacciones, en comparación con casi 20 mil millones del año anterior, según datos compilados por Bloomberg.

Espera que los fondos de pensiones del país, o Afores, desempeñen un papel mucho más importante en la inversión en activos reales, como infraestructura eléctrica o carreteras. Afirmó que los fondos globales también apuntan a adquisiciones importantes en infraestructura.

Martínez-Ostos elogió el acuerdo con Iberdrola, que está estructurado para ser financiado en parte por vehículos de capital privado que se venderán a los fondos de pensiones del país, como un momento decisivo para el sector energético. Hay “mucho apetito” por el sector eléctrico y proyectos de carreteras, afirmó.

“Esa parte pro-business con la transacción de Iberdrola es un ejemplo de que se generó en un sector donde nadie quería entrar”, dijo. “Ahora se destrabaron”.

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