Las ‘Islas de calor’, un fenómeno en el que la temperatura del suelo urbano es más alto que las del suelo rural, provocan que en algunas ciudades alcancen hasta 10 grados centígrados adicionales, a causa del desorden territorial, la deforestación, el uso de asfaltos y concretos de mala calidad y la falta de políticas públicas para mitigar las olas de calor en el país.
Expertos señalan que el cambio climático es el principal reto que enfrentan las ciudades, los gobiernos y las empresas, para la construcción de infraestructura y el desarrollo de materiales que reduzcan emisiones contaminantes.
“Las diferencias son importantes, llega a ser hasta 9, 10 grados, lo máximo que he visto en México, en promedio es como 4 o 5 grados de diferencia, de la parte rural versus la urbanizada. Hay una asociación muy fuerte con ‘islas de calor’ y el uso de suelo, asfaltos, pavimentos, planchas de concreto, vialidades que guardan calor”, dijo Roberto Ponce, investigador del Centro para el Futuro de las Ciudades y de la Escuela de Gobierno y Transformación del Tec de Monterrey.
Cada año, el cambio climático ocasiona que en México se rompa el récord de altas temperaturas. Por ejemplo, en la Ciudad de México, en mayo se registraron temperaturas por encima de los 34 grados, cifras no vistas en décadas, afectando a zonas más pobladas como Azcapotzalco, Iztacalco, Venustiano Carranza, Coyoacán y Tláhuac.
El directivo señaló que alrededor del 25 por ciento del suelo urbano está destinado a vialidades, además de que existe un rezago en el uso de materiales constructivos que reduzcan las emisiones y reflejen la radiación.
“Otras ciudades como Guadalajara y Monterrey, que también han tenido un crecimiento urbano muy desorganizado y que no tienen suficientes áreas verdes que sirvan para amortiguar estos incrementos grandes de temperatura que están relacionados mucho con el asfalto”, dijo Christian Domínguez, investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM.
Destacó que existe un porcentaje de radiación, denominado “albedo”, que refleja o absorbe los objetos en las superficies, principalmente en las zonas céntricas urbanas, lo que intensifica la liberación de calor y sensación térmica.
Materiales como el asfalto absorben más calor y reflejan entre un 5 y 15 por ciento de la radiación solar, mientras que el hormigón claro, el acero galvanizado y la cal blanca reflejan el 30, 40 y el 90 por ciento.
Los expertos señalan que, para mitigar los efectos de calor, hace falta impulsar más azoteas verdes, techos blancos, reforestar con más especies de árboles, utilizar concretos más eficientes con otros tipos de tecnologías y más parques lineales.
Cementeras avanzan
La aceleración del calentamiento global, así como las altas emisiones de carbono y otros efectos contaminantes de algunas industrias como la del cemento, han impulsado el desarrollo e inversión de nuevas tecnologías en concretos y productos de construcción más amigables.
Sin embargo, la falta de incentivos o apoyos por parte del gobierno, podrían retrasar los logros que las empresas de la Cámara Nacional del Cemento (Canacem) como Cemex, GCC, Moctezuma, Cruz Azul, Holcim y Fortaleza buscan para reducir a cero sus emisiones de carbono.
José Barroso, director general de Cementos Moctezuma y presidente de la Canacem, dijo que la industria hace importantes esfuerzos para reducir sus emisiones y disminuir los efectos de sobrecalentamiento en las ciudades de concreto, sin embargo, a diferencia de Europa y Estados Unidos, faltan incentivos que impulsen a esta transición.
“Tuvimos dos años de pilotaje, donde fuimos midiendo las emisiones y se fueron categorizando, ya se tienen los cálculos (de emisiones) dentro del parámetro permitido, si te pasas viene el impuesto; ahora, si metí combustibles alternos, reforestar, etc, entonces viene la compensación, me van reduciendo y tengo más margen en el tema de emisiones”, dijo.
Agregó que a más tardar en junio en México podría entrar en vigor una ley que compense o sancione dichos excesos de emisiones contaminantes. Destacó que en Europa por ejemplo, los impuestos por tonelada pueden rondar los 100 euros por tonelada de emisiones excedidas.
Por su parte, Cemex planea reducir hasta 50 por ciento las emisiones de carbono de su cemento para el 2030 y lograr la neutralidad en 2050. La compañía desarrolla seis proyectos en Europa y Estados Unidos para alcanzar sus metas.
“Somos de los pocos que estamos desarrollando este tipo de proyectos lo más rápido posible, pero esto es sólo para Europa, EU, Canadá, quizá tres o cuatro países. Necesitamos encontrar una solución en otras geografías para nuestra compañía e industria, en otros lados”, dijo Fernando González, director general de Cemex.