María Guadalupe Ramírez abordó junto a su esposo una aeronave de Volaris sin saber que en ese viaje, el Y4 428, su marido, José Francisco Ramírez Rodríguez perdería la vida luego que no le permitieran abordar con un tanque de oxígeno que el señor necesitaba para su respiración.
El viaje inició en el Aeropuerto Internacional de Tijuana con rumbo a Guadalajara, esto durante el 2019, siendo precisamente en la ciudad fronteriza donde personal de la aerolínea impidió el acceso del tanque de oxígeno modelo Inogen One, pese a que ya había pasado previos filtros y además, el aparato en cuestión forma parte de la lista que la propia Volaris permite en sus vuelos, incluso aprobado por la Federación Americana de Aviación (FAA por sus siglas en inglés).
“Ya llegando a cabina nos dicen que tenía que documentar el oxígeno, pero que ellos le podrían proporcionar uno abordo, abordamos y a medio camino empezó a sentirse mal, empezó a querer convulsionar y un pasajero oprimió la luz para que viniera personal del avión, llegaron, lo vieron, trajeron oxígeno, pero fue muy tarde, el oxígeno llegó tarde”, narró la señora Ramírez.
Bajaron al afectado al pasillo del avión para después solicitar la presencia de un médico entre los pasajeros; una pasante de medicina iba a bordo, misma que estuvo tratando de reanimar al señor Ramírez Rodríguez por casi media hora a través de los primeros auxilios, incluso con electrochoque sin poder hacerlo.
En ese sentido la viuda anota que el equipo de la aerolínea fue incapaz de brindarle atención médica a su esposo, por lo cual considera que son los responsables de la tragedia.
Además, tampoco se notificó al piloto de la aeronave, mientras que la encargada del equipo a bordo había dormido apenas treinta minutos.
Tampoco se tomó la determinación de hacer un aterrizaje de emergencia para atender al paciente, dejándolo tendido sobre el pasillo el resto del vuelo hasta que arribaron a Guadalajara y el personal del Servicio Médico Forense (SEMEFO) se hizo cargo del cuerpo.
“Ya habíamos viajado de Oakland a la Ciudad de México unos meses antes y no tuvimos ningún problema con el filtro, él pasó por todo el protocolo bien y de la Ciudad de México de regreso a Oakland y tampoco sin ningún problema (con el abordar con el tanque de oxígeno)”, apuntó la afectada.
Volaris tampoco ayudó a la viuda a trasladar el cuerpo a la ciudad de Oakland, California, lugar de residencia de la familia.
Ante la situación la señora pide justicia pese a que han pasado cinco años; la afectada acaba de suplir al equipo de litigantes que la representa, siendo Grupo Uno Abogados el que ahora tiene el caso en sus manos.
“Nosotros vimos en primer lugar que Volaris estaba haciendo todo lo posible para dilatar el procedimiento con emplazamiento, incompetencias, en fin, empantanando el procedimiento”, expresó Manuel Pérez Freyre, representante legal.
Se buscó el pasado mayo establecer un acuerdo conciliatorio entre ambas partes, no obstante, no se pudo resolver nada por lo que se irá a juicio.
Ramírez exige justicia y que esto nunca más vuelva a ocurrir un hecho como este ya sea con Volaris o cualquier aerolínea.
" Lo que se demandó es la responsabilidad civil y el daño moral, lo que se busca crear un precedente y que se obtenga una reparación integral del daño”, concluyó el litigante de Grupo Uno Abogados.