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‘Tarifa cero’ en transporte público reduciría 90% la contaminación

Un auto particular genera 18 veces más dióxido de carbono en comparación con el Metrobús.

El 80 por ciento del transporte de la CDMX ya está integrado a la tarjeta de movilidad con sistemas de cobro inteligente, sin embargo falta aún modernizar y sacar de circulación más de 5 mil 500 microbuses obsoletos, inseguros y contaminantes. [Fotografía. Semovi]

Promover la gratuidad en el transporte público y expandir los sistema de movilización integrados en las zonas metropolitanas de la Ciudad de México ayudaría a reducir más de 90 por ciento las emisiones contaminantes, disminuyendo drásticamente las contingencias ambientales y los llamados del ‘Hoy no circula’, señalaron expertos.

La capital ha estado en serios problemas por la contaminación en las últimas semanas, con constantes declaratorias de contingencia ambiental, lo que ha obligado a los usuarios a dejar sus autos particulares en casa, además de ocasionar saturación en los sistemas de transporte del Valle de México.

Víctor Alvarado, especialista en movilidad y políticas públicas de la organización CoRe Ciudades Vivibles y Amables, dijo a El Financiero que la gratuidad en el transporte público, extendida a toda la red, así como la modernización de unidades que aún operan bajo esquemas hombre-camión como microbuses y vagonetas, pueden mejorar la calidad del aire, atender rezago social y ayudar a modernizar al transporte.

“Una persona que se sube a un automóvil particular para atender sus necesidades de viaje genera 261 gramos de dióxido de carbono (CO2) versus 160 personas en un Metrobús que sólo generan 14.3 gramos de CO2. Al generar este cambio modal de apostar por el transporte público y si fuera gratuito, estamos hablando de una reducción de gases invernadero del orden del 90 por ciento hacia arriba”, dijo el especialista.


Recordó que en marzo del 2016 cuando se declaró Fase I de Contingencia Ambiental Atmosférica en el Valle de México, durante tres días se aplicó la gratuidad del transporte, lo que permitió movilizar a un total de 19 millones de personas y reducir de 203 a 150 el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECA).

Asimismo destacó que la gratuidad debe ser una estrategia acompañada de política a largo plazo y no sólo como medida emergente, para ver los resultados en reducción de emisiones de forma sostenida.

“En la Ciudad de México la gratuidad en el transporte público, en un esquema mejorado (hay que recordar que ya existen esquemas de gratuidad), lo que se está proponiendo desde CoRe es que estemos hablando de una tarifa cero, es decir que al usuario no le esté costando como tal”, insistió, para lo cual se propone buscar esquemas de generación de ingresos y recaudación que ayuden a dotar de recursos a los diferentes sistemas de transporte.

Por otro lado, comentó que uno de los grandes problemas del transporte en la capital es que casi el 80 por ciento ya está integrado a la tarjeta de movilidad con sistemas de cobro inteligente, sin embargo falta aún modernizar y sacar de circulación más de 5 mil 500 microbuses obsoletos, inseguros y contaminantes de la red de transporte.


“Sigue faltando estos esquemas o servicios de microbús y vagonetas que todavía no han logrado adoptar un sistema de cobro inteligente mediante la tarjeta, una vez que se lograra consolidar este esquema, daría la pauta precisamente para generar un escenario que permitiera identificar los patrones de viaje; al final quien viaje más, quien esté en una situación de rezago social, sean las personas que tengan ese privilegio de utilizar los servicios de transporte público”, agregó.

Integración tarifaria y renovación

En la Ciudad de México se realizan en promedio hasta 8.6 millones de viajes diarios en transporte público, de los cuales casi el 68 por ciento se hacen en microbuses, autobuses colectivos y vagonetas, mientras que el 32.8 por ciento en Metro y el resto en otros transportes, lo que ha permitido que se fortalezcan los sistemas integrados de transporte.

“Tenemos que empezar a trabajar en un sistema integrado de transporte, que estos sistemas tengan conectividad tanto tarifaria como operativa, que permita viajes más eficientes, más rápidos y menos caros para los usuarios. Por lo menos el 20 por ciento de los salarios se utiliza en transporte público en México y es necesario cambiar esa dinámica”, dijo Nicolás Rosales, presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM).

Por otro lado destacó que alrededor de 130 millones de personas en México se mueven a través de transporte, bajo modelo operativo de hombre-camión, es decir en microbuses, vagonetas, autobuses colectivos, que representan alrededor del 80 por ciento de transporte y que no ha sido modernizado.

De estos, alrededor de 34 millones de viajes se realizan en el Valle de México y muchos de estos en unidades que están aún sin renovar, por lo que urgió a apostar por nuevas matrices energéticas en unidades de transporte como baterías eléctricas, el uso de diésel de ultra bajo azufre (DUBA) y el uso de gas, pues al año en México mueren hasta 20 mil personas de forma prematura por la mala calidad del aire.

“México no produce DUBA, ni gas, tenemos que establecer los mecanismos para que en un momento dado Pemex produzca este tipo de combustibles y no tengamos que importar porque sale más caro, transitar a este tipo de tecnología, se necesita cierta certidumbre para que contemos primero con los motores con esta tecnología, combustibles que cumplan los requisitos para utilizar este tipo de motores y empezar a transitar a energías más limpias con electromovilidad”, agregó.

Por otro lado, de acuerdo con la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), en promedio la edad de circulación de los vehículos pesados ronda aproximadamente los 17 años, por lo que es prioritario apostar por la renovación con unidades de nueva y mejor tecnología para el ambiente.

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