Grupo Aeroméxico SAB lanzará una nueva clase de asientos de lujo a finales de 2027 en un intento por ampliar su programa de fidelización y aprovechar la creciente demanda de ofertas premium.
La aerolínea se une a otras compañías aéreas, como United Airlines Holdings Inc. y Delta Airlines Inc. en la reconfiguración de la distribución de la cabina en un intento por ganarse a los viajeros dispuestos a pagar más por una mejor experiencia de vuelo.
Los denominados asientos business economy se situarán entre los asientos basic economy y los asientos reclinables de la parte delantera de la cabina de sus aviones. La oferta incluirá unos 30 asientos, lo que obligará a Aeroméxico a eliminar entre seis y ocho asientos del avión.
“Esa es la clase en la que tenemos más oportunidades”, declaró el martes el director ejecutivo de Aeroméxico, Andrés Conesa, a Bloomberg. “Estamos realizando una importante inversión y estará lista para funcionar en un par de años, a finales de 2027 o principios de 2028”.
La compañía pretende aumentar su programa de fidelización de aproximadamente el 30 por ciento de la cabina al 50 por ciento en los próximos cuatro o cinco años, según declaró el director financiero de Aeroméxico, Ricardo Sánchez Baker.
A principios de este mes, Aeroméxico y algunos de sus accionistas recaudaron unos 300 millones de dólares a través de una oferta pública inicial y una colocación privada, volviendo a Wall Street y la Bolsa Mexicana de Valores tras su salida de bolsa hace tres años.
Aeroméxico utilizará los fondos para invertir en nuevas salas VIP y reconfigurar y mejorar las cabinas de sus Boeing 787, incluyendo la renovación de sus interiores, según Sánchez.
La renovación de los asientos forma parte de los esfuerzos estratégicos de crecimiento de la aerolínea después de que la única aerolínea tradicional que queda en México obtuviera la aprobación para salir de la quiebra en 2022.

Conesa y Sánchez restaron importancia a las preocupaciones de que la orden del Departamento de Transporte de Estados Unidos de disolver la alianza de Aeroméxico con Delta antes del 1 de enero tuviera un impacto significativo en el negocio. Este mes, un tribunal de apelaciones estadounidense suspendió temporalmente la orden del Departamento de Transporte.
Aeroméxico debería poder continuar su empresa conjunta con Delta, dijo Sánchez, señalando que la aerolínea estadounidense posee casi el 20 por ciento de la compañía, mantiene dos puestos en el consejo de administración y colabora con la aerolínea mexicana en programas de fidelización.
“Todos estos elementos se mantendrán”, afirmó Sánchez.
Aun así, Sánchez afirmó que la decisión del Departamento de Transporte era “una declaración política sobre lo que está sucediendo en México, pero no realmente sobre lo que han hecho las aerolíneas, y por eso creemos que deberíamos poder continuar con la empresa conjunta”.
Afirmó que la empresa conjunta permite a Aeroméxico coordinar los precios y su red, pero que solo varias rutas a Nueva York y Los Ángeles se solapan con Delta.







