Cada año, más de 40 millones de personas visitan Las Vegas para disfrutar de la atracción principal: las apuestas, una actividad totalmente legal que representa ganancias superiores a los ocho mil millones de dólares.
De acuerdo con datos de Las Vegas Convention and Visitors Authority, los fines de semana se supera 90 por ciento de ocupación en los más de 150 mil hoteles y moteles que existen en la llamada "Ciudad del Pecado".
Desde la infraestructura, el diseño arquitectónico, anuncios, escaparates de las marcas más prestigiadas a nivel mundial, todo, es una invitación a retar a la suerte, y sólo para darse ese gusto un turista promedio destina alrededor de 485 dólares.
Este oasis en el estado desértico de Nevada ofrece opciones de juego para todos los bolsillos; las máquinas tragamonedas ofrecen a los turistas oportunidades desde un dólar, pero si la suerte no los acompaña, la diversión dura sólo unos segundos.
Si Nueva York es la ciudad que "nunca duerme", Las Vegas es el negocio que nunca cierra; a lo largo del Boulevard Las Vegas, mejor conocido como "la Strip", las puertas de los casinos instalados en hoteles como el New York-New York, Mandalay Bay, MGM Grand o The Venetian siempre están ávidas de recibir visitantes.
Contrario a lo que se piensa, en Las Vegas, la prostitución no es una actividad legal; y por esa razón los clubs nocturnos y bares que ofrecen esta opción a sus visitantes, se encuentran en condados vecinos.
Sin embargo, esto no es un impedimento para que el sexo sea una redituable alternativa de negocio, pues es común encontrar sexs shops abiertas a toda hora, ofertas de masajes sensuales y shows con alto contenido erótico.
En Las Vegas tampoco es extraño ver a un Elvis Presley cruzar una acera o a un grupo de bailarinas caminar tranquilamente con diminutos bikinis cuando el termómetro marca solo nueve grados.
Desde las fuentes del Bellagio que "danzan" al compás de icónicas melodías de Frank Sinatra, la esfinge del hotel Luxor, hasta las montañas rusas instaladas en la cúspide de la torre del Stratosphere, todo está mágicamente sincronizado para ofrecer un viaje sin horarios ni fechas.
Los casinos de Las Vegas son parte implícita de la infraestructura hotelera, desde los más modestos, hasta aquellos en donde la noche puede superar los 400 dólares con opciones como mesas de juego, máquinas tragamonedas y ruletas.
Si bien en esta ciudad se puede jugar a cualquier hora, la noche es el horario preferido por los turistas para apostar en el tradicional Blackjack, el clásico póquer o el bacará que son atendidos por "dealers" de diversos países como México, China, Estados Unidos, Irlanda o Francia.
"Llevo cinco años como Dealer, empecé en la cocina de uno de los casinos de aquí pero como vieron que soy bueno para el juego y hablo bien inglés pues me promoví, la verdad se gana bien aquí pero lo mejor son las propinas", comentó Roberto Reyes, un mexicano de 41 años originario del Distrito Federal.
Para "Richard", en este trabajo se ve de todo: desde los apostadores que se acercan sólo por la curiosidad, hasta quienes ven en cada juego una oportunidad de darle un giro de 180 grados a su vida.
"Es raro ver ganar a alguien una cantidad fuerte, pero sí llega a pasar, todo es cuestión de suerte. Lo que sí veo es que hay épocas en las que la gente viene y apuesta de a poco, y se va, no sé si es por la economía o porque cuando ven que no ganan pues lo dejan, yo digo que a nadie le gusta perder, ¿verdad?".
Empresas