Este hecho hace que en las siguientes décadas los centros de población afronten problemas ligados a: abastecimiento energético, emisiones de CO2, planificación del tránsito automovilístico, provisión de bienes y servicios de seguridad.
Por esto, las ciudades están evolucionando, buscando métodos inteligentes para aprovechar sus recursos y usar la digitalización a su favor; las smart cities ya son una realidad.
Nuevas ciudades, nuevas oportunidades
El crecimiento de las smart cities provocará que el presupuesto federal para éstas se incremente a fin de adecuarse a las nuevas necesidades y con ello la creación de nuevas fuentes de trabajo e inversiones para el desarrollo digital.
En 10 años, se estima que la inversión en las infraestructuras tecnológicas de las ciudades inteligentes sea de un total de 108 mil millones de dólares.
A futuro se prevé que casi el 40 por ciento del presupuesto para las ciudades se dirigirá a instalaciones inteligentes (electricidad, agua y gas), seguido de los edificios y los hogares inteligentes.