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Ejército Mexicano ‘entra al quite’ para construir carreteras ante la inseguridad

La SCT firmó un convenio con la Sedena para que construya tramos carreteros y realice obras donde la iniciativa privada se niega a trabajar, ante la gran ola de violencia que se vive en zonas como Michoacán y Guerrero, señaló Raúl Murrieta, subsecretario de Infraestructura de la SCT.

Ante los robos de material, de vehículos, extorsiones y secuestros de trabajadores que afectaron a constructores del país en zonas de altos niveles de violencia, el Ejército Mexicano 'entró al quite' y se encarga de edificar diferentes obras.

Actualmente, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) trabaja en dos tramos carreteros en Guerrero, que son Atoyac-Altamirano y una zona llamada Filo de Caballos, que es un tramo de la carretera Acapulco-Zihuatanejo; y también construye la barda de los terrenos del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en el Estado de México, reveló en entrevista con EL FINANCIERO Raúl Murrieta, subsecretario de Infraestructura de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Cuando nosotros tomamos la oficina no me encontré al ejército construyendo ninguna (obra). Aquí se tomó la decisión de que nos ayudaran en tres tramos diferentes, que están directamente vinculados al difícil acceso a la zona. Es un círculo vicioso, donde mandas a un constructor, lo presionan, y lo metes en problemas de seguridad. Meter al ejército ayuda

La SCT firmó un convenio con la Sedena para que construya tramos carreteros y realice obras donde la iniciativa privada se niega a trabajar por la amenaza de la violencia, informó Murrieta.

En el convenio, la Sedena se comprometió a apoyar las obras de construcción si recibe el costo que tienen las obras, con los que pueda cubrir desde materiales, hasta los salarios de los elementos de la armada de México.

Gustavo Arballo, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), aseguró que el Ejército trabaja en tramos donde las empresas no pueden estar por las amenazas que se registran en las zonas.

Sólo en 2015, los constructores reportaron a la Cámara 15 robos.
"No vemos que sea algo negativo (la participación del Ejército), es algo que complementa el desarrollo de infraestructura, pues nos ayudan a terminar obras. Normalmente nos roban materiales de construcción o nos extorsionan en algunas zonas", dijo Arballo en entrevista.
Proyectos futuros

Un estado más en el que el Ejército podría entrar a construir es Michoacán, donde se cuenta con un plan para la modernización de 200 kilómetros de carreteras y algunos tramos están en zonas donde se han presentado problemas con el crimen organizado, adelantó el subsecretario.

También hay obras en zonas complicadas en el estado de Tamaulipas, donde se busca modernizar la Tampico-Ciudad Victoria, que es la conexión con Nuevo León y donde las autoridades recomiendan no viajar de noche.

La Sedena ofrece cuatro carreras de ingeniería: construcción, industrial, militar en comunicaciones y electrónica, así como computación e informática. Todas ellas con formación militar, pero con la preparación para que puedan desenvolverse en actividades civiles, destaca en su sitio.

El subsecretario de Infraestructura alabó el nivel avanzado que tienen los ingenieros militares, pues construyen con gran velocidad y calidad las obras.

"Es positivo que el Ejército colabore en ciertas obras, principalmente en zonas complicadas por la inseguridad, porque por tecnología las constructoras tienen todo para estar incluso en climas y zonas de difícil acceso, pero no pueden parar grupos criminales", dijo Ignacio García, socio líder en Infraestructura de KPMG en México.

En países como España y Francia utilizan al ejército para ayudar en obras, sin embargo, en la mayoría de los casos se debe a desastres naturales, destacó Alejandro Sánchez, senior director de Comunicaciones Estratégicas de FTI consulting.

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