El consumo de combustible se ha convertido en una variable de peso en la decisión de compra de un auto ante los constantes incrementos del precio de la gasolina en México.
De acuerdo con datos de la consultora automotriz J.D. Power, actualmente el 39 por ciento de la adquisición de un automóvil en México se define por el consumo de combustible. En 2012 este factor incidía en un 34 por ciento.
Datos de la Asociación Nacional de Transporte Privado exponen que de diciembre de 2009 a octubre de 2014 el precio de la gasolina aumentó 67 por ciento, al alcanzar un valor de 13.78 pesos el litro de la premium y 13.04 pesos el de magna. Éste es 19 por ciento superior a lo que cuesta en Estados Unidos, donde se cotiza en los 0.84 dólares (unos 10.97 pesos).
Ante este entorno, los fabricantes automotrices han puesto en el mercado vehículos cuyos consumos de combustible son menores, gracias a la tecnología implementada en los motores.
Según la información del Instituto Nacional de Ecología (INECC) y la Profeco, el Hyundai i10 modelo 2012 es el auto que tiene el mejor rendimiento de todos los que se venden en México, pues por cada 15 mil kilómetros (que es la distancia que recorre en promedio al año) genera un gasto en combustible de 10 mil 700 pesos.
El segundo que más ahorra es el Chevrolet Spark modelo 2013, con un desembolso de 11 mil 700 pesos anuales; seguido del Toyota Yaris (modelo 2013), con 11 mil 900 pesos; el Nissan Note (modelo 2015), con 12 mil 300 pesos; y el Nissan Sentra (modelo 2013), con 13 mil 200 pesos.
Otra opción ante los elevados precios de la gasolina son los autos híbridos y eléctricos. Sin embargo, estos siguen siendo poco accesibles para los consumidores en términos de valor.
El Nissan Leaf (auto totalmente eléctrico de la firma japonesa), por ejemplo, tiene un precio superior a los 500 mil pesos.
Marcos Pérez, director de Desarrollo de Producto de Ford de México, comentó que en el país falta mucho por trabajar ante la falta de facilidades del gobierno para hacer que los consumidores se interesen por este tipo de vehículos.
"El problema es que aún no existen los apoyos necesarios, como en Estados Unidos, para impulsar sus ventas... hasta el momento estos vehículos solo están exentos de presentar la tenencia, pero eso no es suficiente, es necesario que existan subsidios que promuevan su venta", explicó el ejecutivo.
Gerardo Gómez, director general de J.D. Power México, expuso que el ahorro de combustible supera a factores como la seguridad y la comodidad interior en la intención de compra de un automóvil entre los mexicanos.
"El consumidor se ha vuelto más sensible al tema del ahorro de combustible y a la hora de comprar un auto nuevo se inclina más por tomar una decisión práctica. Asimismo, como sabe que los precios no bajaran en el futuro, la consideración primordial de muchos se ha volcado hacia el aspecto del ahorro", dijo el especialista.
... Y LOS QUE MÁS GASTAN
En contraste, los autos que tienen el mayor consumo de gasolina dentro de la categoría de compactos y subcompactos son el Mazda6 modelo 2012, con un gasto de 27 mil 600 pesos por año.
Le siguen el Dodge Dart (modelo 2014), con 25 mil 400 pesos; el Dodge Avenger (modelo 2013), con 24 mil 800 pesos; el Peugeot 308 (modelo 2014), con 24 mil pesos y el Renault Fluence (modelo 2014), con un desembolso de 23 mil 800 pesos al año.
Mazda precisó que su modelo Mazda6 2015 tiene una menor cilindrada (4 cilindros), por lo que es más eficiente en consumo de gasolina. El Mazda6 2012 y 2013 cuenta con un motor de 6 cilindros.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) publicó a principios del 2013 un estudio en el que México se ubicó como uno de los países con mayor consumo de gasolina per cápita en América Latina e incluso, por arriba de Europa.
La SHCP reiteró que por ello se retiraron los subsidios a la gasolina que beneficiaban más a los hogares con mayores ingresos en México, pues son los que realizan un mayor consumo de este combustible.
Giovanni Rueda Nila, investigador de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía, dijo que en México se ha generado una oferta en comerciales de televisión e internet de productos que supuestamente contribuyen al ahorro de combustible en los automóviles.
"Sin embargo, no existe una norma oficial que regule este tipo de productos, por lo que no hay una legislación que vigile o certifique la calidad de los mismos", dijo en su reporte a Brujula de compra de Profeco.
En un estudio realizado a algunos de estos productos se encontró que la mayoría de los 'ahorradores de combustible' no generaron ninguna disminución en el consumo de gasolina ni en las emisiones de contaminantes.
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