Hoteleros y prestadores de servicios turísticos en Acapulco ofrecerán estancias gratis para rescatistas y damnificados por el sismo del martes, de magnitud 7.1, como una forma de apoyo y agradecimiento por la preferencia que siempre ha tenido este destino por el turismo nacional.
Aunque todavía no se determina la cantidad de paquetes que se ofrecerán pero, tanto hoteleros como prestadores de servicios turísticos esperan que con esta medida contribuya en la recuperación de quienes resultaron afectados por el temblor, así como para agradecer a los rescatistas que sin ningún tipo de interés ayudan a la población.
"Esperamos que esta iniciativa, que sufragará completamente la hotelería organizada de Acapulco y algunos representantes del sector turístico, se ponga en marcha en cuanto se supere la emergencia que se tiene, lo que podría suceder entre mediados de octubre y principios de diciembre", señaló Jorge Laurel González, presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas en Acapulco (AHETA).
Las estancias de cortesía serán otorgadas para rescatistas y damnificados procedentes de la Ciudad de México, Puebla, Morelos y Estado de México, por ser las entidades que se han distinguido por aportar la mayor cantidad de turismo al puerto de Acapulco cada año, e incluirán transportación, alimentación y hospedaje durante tres días y dos noches.
Por su parte, el subsecretario de Turismo en la entidad, Noé Peralta Herrera, indicó que buscarán ampliar esta iniciativa lo que más se pueda, porque "estos son los momentos donde Acapulco debe devolver parte de la solidaridad que siempre ha recibido cuando ha enfrentado otro tipo de desgracias naturales".
Adelantó que buscará incluir en esta iniciativa tanto a las empresas que transportan pasajeros vía terrestre hacia este destino de playa, como a las aerolíneas que tienen frecuencias de vuelo en forma regular principalmente desde la Ciudad de México.
Cabe destacar que, durante este fin de semana, Acapulco registró una de sus afluencias turísticas más bajas de los últimos dos años, al superar escasamente el 20 por ciento de ocupación hotelera, lo que representó que incluso muchas hospederías ubicadas en la zona tradicional del puerto cerraran sus puertas por la falta de clientes, mientras que en otros hoteles de la zona dorada y diamante había más trabajadores que huéspedes.
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