Emma Coronel ha llevado una vida de lujos fuera de la cárcel, en donde pasará su condena de tres años tras un juicio en donde fue acusada de delitos como tráfico de cocaína, lavado de dinero y conspiración.
Antes de ser la esposa de Joaquín Guzmán Loera, Emma fue reina de belleza en la Feria del Café y la Guayaba. La también modelo e influencer, actualmente tiene más de 600 mil seguidores en sus redes sociales, ha utilizado sus cuentas para promocionar productos y campañas, la última de ellas portando vestidos de novia.
Aunque ha manifestado que el dinero que ostentaba era producto de negocios ajenos al narcotráfico, como los terrenos heredados por su padre, los últimos años ha estado rodeada de autos de lujo de marcas como Ferrari, Lamborghini, BMW, Audi, Porsche o Mercedes Benz. Aparte están sus ostentosas prendas de diseñadores como Gucci, Louis Vuitton y Dolce&Gabanna.
Anfitriona de pomposas fiestas –como las de cumpleaños de sus gemelas con temática de la muñeca Barbie-, se ha mostrado en público con looks que incluyen joyas costosas como son las Cartier. Ese glamour diario era compartido por sus hijas en un estilo de vida que incluía el cuidado de un guardaespaldas.
Su rancho en Guadalajara es tan solo una de las mansiones en su poder, al que se suman grandes casas en playas mexicanas. La mano derecha del ‘Chapo’ Guzmán, Miguel Ángel Martínez, expresó en su juicio que la propiedad, que se recorría por medio de un tren, contaba con cuatro albercas e incluso una colección de mascotas exóticas, entre las que destacaban especies como tigres, panteras, leones y venados.
La ciudadana estadounidense-mexicana también podía utilizar alguno de los cuatro aviones privados a su disposición, lo que aumentaba su extravagancia y frecuentes viajes al extranjero. Las comodidades no le eran ajenas a Coronel Aispuro, pues disfrutaba mostrar al mundo una vida cercana al lujo y al dinero en derroche.