La filmación de The Batman, bajo la dirección de Matt Reeves, dejó algunas noches sin dormir al actor Paul Dano, encargado de darle vida a Riddler, el enemigo del Caballero de la Noche en el filme que llegará a las pantallas de cine el próximo 4 de marzo.
La versión del personaje que será interpretada por el también actor de 12 años de esclavitud es un poco más oscura que la que le dio vida Jim Carey en Batman Forever. Inspirada en el asesino del Zodiaco, Riddler buscará atacar a políticos corruptos por las calles de Ciudad Gótica y, tras sus embates como un asesino en serie, le dejará mensajes al Batman de Robert Pattinson en la escena del crimen.
“Hay una secuencia con el personaje de Peter Sarsgaard (el fiscal de distrito de Gotham, Gil Colson). Eso fue intenso. Hubo algunas noches en las que probablemente no dormí tan bien como hubiera querido solo porque fue un poco difícil superar a este personaje. Se necesita mucha energía para llegar allí”, dijo Dano en entrevista con Entertainment Weekly.
Pero este no fue el único inconveniente al que se enfrentó el estadounidense de 37 años ya que, muy metido en su papel, le sugirió a Reeves que además de su característico disfraz casero debería cubrirse con una envoltura de plástico en su afán de no dejar pistas ni huellas de ADN para evitar ser capturado. En sus intentos, el actor sintió una fuerte ola de calor debajo de la máscara.
“Se quitó la máscara. Estaba rojo como una remolacha”, recordó Reeves, a lo que Dano agregó: “Mi cabeza palpitaba con calor. Me fui a casa esa noche, después del primer día completo en eso, y casi no podía dormir porque tenía miedo de lo que le estaba pasando. Estaba como comprimido del sudor, el calor y la falta de oxígeno. Fue una sensación loca”.
Al final la filmación le resultó más sencilla gracias al departamento de vestuario, que encontró la manera de agregarle oxígeno al traje. El actor confesó que desde hacía un tiempo que quería ser parte de una película de superhéroes, aunque estaba esperando entrar al proyecto correcto, lo que ocurrió con The Batman.
“Algo de lo que Matt y yo hablamos fue sobre los dos lados del trauma. Cuando era niño, Bruce Wayne experimenta este trauma y Batman nace de eso. A veces podemos tomar nuestras cicatrices y eso puede ser combustible para un fuego que te lleva hacia la grandeza. Hay otra cara de esa moneda, donde esos traumas, cicatrices y dolores te llevan en otra dirección. Pensé que eso era realmente poderoso en el guión, que el sentido del bien y el mal no era tan blanco o negro como suele ser en una película de superhéroes”, apuntó.