El director Guillermo del Toro anunció la reactivación la Beca Jenkins-Del Toro para estudiar cine de acción viva, o animado.
Respecto de la beca, el propósito de la Fundación Jenkins es fomentar el desarrollo del arte cinematográfico mexicano e impulsar a esta industria como un punto de desarrollo cultural, artístico, social y económico.
La beca es abierta y se otorga a personas que desean cursar estudios en programas presenciales de tiempo completo, de nivel licenciatura o maestría en el extranjero, dentro de cualquier ámbito relacionado con la cinematografía, ya sea actuación, dirección, fotografía y efectos especiales, entre otras actividades vinculadas al cine.
La selección funciona a través de un jurado, encabezado por Del Toro, y es implementada desde el Festival Internacional del Cine de Guadalajara. El monto para el ganador de la beca en 2020 fue de 60 mil dólares, destinados a cubrir la colegiatura, estancia, manutención, vuelos, contratación de seguro y material de estudio para la universidad del ganador.
‘Animadores tapatíos tienen un elemento hermoso’
Del Toro participó en una entrevista con la directora del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), Estrella Araiza, proyectada en la sala que lleva el nombre del cineasta tapatío, en la que habló sobre el proceso creativo de su nueva película Pinocho, que está programada para estrenarse en Netflix en diciembre de 2022.
Dijo que para él era importante que los títeres principales de la película fueran trabajados por animadores de Guadalajara pues reactiva así su vínculo con los animadores nuevos.
“Guadalajara tiene algunos de los mejores talentos de animación, de stop motion en México, y Lationamérica”, apuntó. “Los animadores tapatíos tienen un elemento poético, trágico, plástico y hermoso, que es fundamental”.
Un consejo de Del Toro: ser desobediente es bueno
Agregó que Pinocho es un personaje versátil del cual pueden manejarse diferentes versiones, de acuerdo a la voz que quiera contar su historia, y lo equiparó en ese aspecto con Tarzán, Sherlock Holmes, Drácula y Frankenstein, pues se pueden contextualizar en el futuro, en una historia de ciencia ficción.
“La película Pinocho no podría ser más personal: tiene que ver con la vida, la muerte, el amor, habla sobre lo que es comportarse como un títere y qué es comportarse como un ser humano. Está situada en el periodo de Benito Mussolini, en Italia”, abundó.
Del Toro subrayó estar interesado en que la película no fuera a favor de las buenas costumbres.
“La mayoría de las películas de Pinocho enseñan que si el niño es desobediente, es algo malo, cuando en muchas ocasiones ser desobediente es bueno. En la mayoría de las películas, cuando se transforma en niño de carne y hueso, entonces es verdadero, y yo no creo en esa transformación, creo que para ser quien eres, no tienes que traicionar tu naturaleza”, explicó.