Primero fue la postura del “perro mirando hacia abajo”. Luego “la vela”. Con cada asana, Magda sentía la energía fluyendo. Su cuerpo era como una hoja deslizándose por el viento. Con la mente clara y una respiración pausada, la joven se sintió lista para enfrentar, una vez más, su mayor reto: pararse de manos.
Magda tomó aire. Apoyó las manos e intentó hacer el movimiento… ¡falló!
“Nada que tenga valor se obtiene de la noche a la mañana. Se requiere disciplina, constancia y honrar el camino o lo que sea que estás aprendiendo”, asegura Isha Escribano, una instructora de yoga y meditación, quien afirma que esta disciplina —que significa unión de cuerpo, mente y alma en sánscrito— es un conocimiento que lleva tiempo profundizar.
“Mi vida, desde que hago yoga, cambió de manera radical para bien: siento más paz, más gratitud, más conexión, más aceptación con lo que es”.
Escribano explica que esta práctica, originaria de la antigua India, le ha ayudado a debilitar sus emociones negativas, como el enojo.
“Estas son técnicas que te generan empoderamiento, aceptación hacia quién eres, autoconocimiento. Yo no podría haber llegado a ser quien soy sin la práctica (de yoga)”, afirma en entrevista con El Financiero en el marco del Día Internacional del Yoga.
Si hay alguien que sabe sobre estas cualidades, como la aceptación y disciplina, es Isha.
La también médica, música y periodista argentina explica que el yoga no solo engloba las posturas (asanas) como popularmente se les conoce, sino que es un conjunto de “técnicas de respiración (paranayamas), meditación, conocimiento védico y servicio”.
Isha Escribano, de 53 años, señala que el yoga le dio fortaleza para enfrentar las vicisitudes de su vida, como iniciar hace dos años su transición de género.
“Lo importante es que te des cuenta de que las adversidades son como nubes y que tú eres mucho más que una nube, eres un sol y el sol no puede ser tocado por una nube”, afirma.
Durante la charla, Escribano recalca que el yoga no es una religión y no te obliga a prescindir de una creencia o filosofía: “Cada persona puede practicarla y no por eso hay que renunciar a una religión, a una creencia, un partido político, a una forma de alimentarse. Una cosa no se contrapone con la otra”.
Sobre sus beneficios, la también “influencer espiritual”, llamada así por impartir mediaciones en Instagram, asegura que cuando una persona profundiza en las ocho ramas del yoga —como lo enseña Patanjali, un sabio de la literatura India—, obtiene una mente “más en calma”, menos estrés, mayor claridad mental, más felicidad y mejora sus habilidades.
Isha adelanta que en noviembre próximo concluirá su libro autobiográfico y relaciona este acontecimiento con uno de los principios que aprendió del yoga:
“Doy mi 100 por ciento, pero soltando el resultado. Dar todo tu esfuerzo, pero desapegada al fruto de tu acción. Lo que suceda con el libro ya no depende de mí, yo estoy dando mi 100 por ciento”, añade.
A pesar de que lleva 20 años siendo vegetariana, la también médica asegura que es importante respetar los hábitos de cada persona.
“Me hice vegetariana y vegana espontáneamente, los beneficios son un montón, yo me siento mejor, mis pensamientos tienen otra calidad y otra cualidad”, agrega.
21 de junio, solsticio de verano y Día internacional del Yoga
Para celebrar, cada 21 de junio “desde hace más de 20 años”, Isha Escribano se levanta, hace yoga y lee conocimiento védico.
Para esta fecha, la costumbre de varios yoguis es practicar 108 Surya Namaskar (saludos al sol) justo a la hora del amanecer, como ofrenda al sol o al dios Suria.