El pintor Ángel Meléndez trabajó cinco semanas en el Taller de Chucho, en Guadalajara, para la creación de la película Pinocho, de Guillermo del Toro, que fue nominada a los premios Oscar en la categoría de mejor filme de animación.
Meléndez, nacido en Puebla, se dedicó a hacer moldes de perros y ataúdes para solamente una parte del proyecto en stop-motion, ya que se acompañó de un amplio equipo de trabajo encargado de las marionetas y el set.
Ángel Meléndez: 11 años dedicado a la animación
El también escultor, de 32 años, comenzó hace más de una década en la animación. En 2017 participó en la primera película realizada en el país con esta técnica, la que se llamó Insomnia, junto a Luis Tellez, por lo que se complementó su experiencia en series, teatro y comerciales.
Aunque hace años se enteró que estaba en la lista de quienes posiblemente trabajarían con Del Toro, saber que sería parte de un proyecto con uno de los mejores cineastas del país lo emocionó pese a que no pudo convivir con él. Sin embargo, habló del proceso.
“Son muy estrictos en toda la calidad que tiene que llevar. No tiene que verse la línea de la rebaba del molde y todo tiene que estar muy bien pintado, bien acabado”, le dijo a Azteca Puebla. La adaptación –ambientada en una época fascista de Italia– parte como favorita luego de consagrarse con el Globo de Oro en la misma terna.
“Me da mucha emoción ver todo el sacrificio que hace uno, porque dedicarte al arte si está un poco difícil. Ver todo el trabajo de todos los artistas ya en conjunto es un trabajo enorme. La actuación de los personajes lo hace mucho más rico, no solo como trabajar como artista independiente con un proyecto tuyo”.