La propietaria de la casa icónica de Nueva York que pertenece a Carrie Bradshaw en la serie Sex and the City está harta de que su vivienda sea un “destino turístico global” desde hace casi 30 años. Ahora planea instalar una verja metálica para recuperar su “calidad de vida”.
La famosa casa en Nueva York es de cuatro pisos y está ubicada en el número 66 de Perry Street, parece similar a muchas otras del West Village. La legión de fans de la serie es capaz de distinguir la escalinata de su entrada, donde Carrie subió tantas veces con sus tacones Manolo Blahnik, y que sigue siendo un punto de atracción.
“A cualquier hora del día o la noche, hay grupos de visitantes frente a la casa tomando fotos con flash, hablando en voz alta, publicando en redes sociales, haciendo videos de TikTok o simplemente celebrando el momento”, explicó la propietaria en una carta sin firmar enviada a las autoridades de conservación.
¿Qué está pasando en la famosa casa de ‘Sex and the city’ en Nueva York?
Una cadena restringe el paso a la escalinata con un cartel que indica “propiedad privada” y otros letreros que piden silencio, evitan que suban los escalones e incluso sugieren donar dinero a refugios de animales tras tomarse un selfie, según la dueña, estas medidas ya no son suficientes.
“Los visitantes saltan la cadena para posar, bailar o tumbarse en las escaleras, intentan abrir la puerta principal o, cuando están borrachos, llaman al timbre”, señala la carta. Además, han ocurrido actos de vandalismo, como pintadas o daños en la fachada.
¿Quién es la dueña de la casa donde se grabó ‘Sex and the city’?
Barbara Lorber, propietaria del edificio desde 1978, se identificó en una audiencia pública de la Comisión de Conservación de Monumentos, donde pidió una “protección” que ha postergado por décadas. “Hay un interés interminable en mi célebre escalinata”, lamentó.
El fenómeno de Sex and the City, que se estrenó en 1998, resurgió gracias a la serie de 2021 And Just Like That, que continúa las historias de sus protagonistas. Esta renovación ha atraído a nuevas generaciones, consolidando a Perry Street como una parada obligatoria para los fans.
Lorber obtuvo finalmente el permiso para instalar una verja, medida que espera que devuelva tranquilidad a las tres familias que residen en el edificio. Incluso recibió el respaldo de su vecina de enfrente, quien denunció amenazas tras llamar la atención a los turistas.
“Creo que es mejor para las fotos y videos, para ella y su privacidad, y (la verja) será mejor que la cadena porque todas las casas por aquí las tienen”, dice una “fanática” de Texas, Angela Guerra, que dice que “tenía que ver” la casa de Carrie antes de irse de la ciudad.
Su amigo, Charlie Talmer, coincide con que es una medida de seguridad “prudente” y sin “mala intención para los fans”: “No dudo que haya gente que intente subir, hacer ruido, y puede ser peligroso”.
La dueña reconoce que nadie imaginó que la serie se convertiría en una “piedra angular de la magia de Nueva York”, y entona un ‘mea culpa’: “Me dio lástima el joven encargado de localizaciones”, que “me dijo que si no conseguía ESTA casa, perdería su primer trabajo de verdad en el sector”, indicó en su carta.