Vicente Fernández falleció luego de que sus sistemas hematológico, cardiovascular, renal y pulmonar entraran en colapso, dijo Julio Ramos, quien fue parte del equipo médico del artista.
“La disfunción de varios órganos no permitieron una estabilidad arterial (…), ya sabíamos que se iba a ir pronto, que era cuestión de momentos”, declaró en una entrevista que dio a Milenio Televisión.
El cantante murió este domingo en el hospital Country 2000 de Guadalajara, donde permanecía desde agosto, después de sufrir una caída.
La caída que llevó al hospital a Vicente Fernández
A lo largo de su vida, Fernández había superado diversas enfermedades, como un cáncer de próstata en 2002, la extirpación de un tumor en el hígado en 2012, un año más tarde una trombosis que le hizo perder la voz, y una cirugía para extraer unas hernias abdominales en 2015.
En julio también fue internado debido a problemas en las vías urinarias, pero no hubo mayor complicación.
Sin embargo, cuando el artista de sufrió esa caída en su rancho los Tres Potrillos, enfrentó diversas complicaciones: lesiones en cervicales y un traumatismo raquimedular a nivel de la columna cervical. Enfrentó una cirugía de emergencia y su salud era grave, pero estable, según informaron.
El 15 de agosto se le realizó una traqueotomía con el fin de que pudiera respirar mejor, pues había necesitado asistencia respiratoria, y 15 días después se le practicó una gastrostomía para colocarle una sonda de alimentación directamente en el estómago, pues presentaba dificultades para ingerir alimentos por sí mismo.
Posteriormente se reveló que padecía una enfermedad independiente a la caída: Guillan-Barré, una afección en la que el sistema inmunológico ataca los nervios, se presentan síntomas como debilidad y hormigueo en las extremidades inferiores y puede llegar a producir una parálisis.
Además, presentaba problemas en su sistema respiratorio, por lo cual buena parte de su convalecencia la pasó conectado a un respirador artificial.
A inicios de octubre reportaron que ya estaba estable, despierto, en constante interacción con su familia, pero por el tipo de enfermedad y sus secuelas se mantenía en “estado estacionario”, de progresión lenta.
A finales de ese mes, su equipo médico anunció su salida del área de terapia intensiva, lo llevaron a una habitación hospitalaria, donde estaba en recuperación de movilidad lenta pero progresiva, ya para noviembre reportaba mejoría.
Sin embargo, el 30 de noviembre presentó inflamación en las vías respiratorias y tuvo que ser llevado de nuevo al área de terapia intensiva con apoyo respiratorio.
Ayer anunciaron que su estado de salud se había agudizado, persistía la inflamación y se requirió de sedación para mantenerlo más cómodo, su condición era crítica.
Finalmente falleció el domingo 12 de diciembre a las 6:15 de la mañana.