En 2018 cinco mujeres acusaron a James Franco por abuso sexual y, aunque en su momento lo negó, accedió a un pago de poco más de dos millones de dólares como compensación. Después de cuatro años, el actor finalmente aceptó que se acostó con las alumnas de su escuela Studio 4 y aseguró que no buscaba hacerles daño.
“En el transcurso de mi enseñanza me acosté con las estudiantes y eso estuvo mal. Supongo que en ese momento mi pensamiento era que si era consensuado estaba bien”, dijo en medio de una entrevista para el podcast The Jess Cagle, de SiriusXM. “Hubo algunas quejas sobre mí y en ese momento pensé que tenía que quedarme callado. Tenía que hacer una pausa. No parecía el momento adecuado para decir nada. Había gente que estaba molesta conmigo y necesitaba escuchar”, añadió.
Franco habló abiertamente de la infidelidad hacia sus parejas y su adicción al sexo, al que calificó como una poderosa droga a la que estuvo ‘enganchado’ por más de veinte años. Además, refirió que también desarrolló una necesidad al éxito o a ser validado, sobre todo por las mujeres, el problema es que nunca era suficiente para él.
“La parte malévola es que me mantuve sobrio en cuanto al alcohol durante todo ese tiempo y fui a reuniones, traté de apadrinar a otras personas. En mi cabeza era como si estuviera viviendo una vida espiritual. He estado trabajando mucho. Estaba recuperándome por abuso de sustancias y hubo algunos problemas con los que tuve que lidiar que también estaban relacionados con la adicción. He usado mi experiencia para cambiar quién era yo”, aseguró.
Aunque confesó que tomó decisiones erróneas, como llamar ‘clase magistral: escenas de sexo’ a una de las materias, recalcó que no fue un plan premeditado ni fundó su escuela para aquellos motivos.