Este fin de semana la casa productora Mastodonte confirmó el fallecimiento del cineasta Samuel Ríos y Valles: “Con profunda tristeza les comunicamos sobre la partida de nuestro querido amigo, socio y compañero de grandes historias”.
“Este mundo sin duda no será el mismo sin tu amistad, honestidad, gran personalidad y talento. Tocaste profundamente la vida de muchas personas, nos quedamos con tu legado y recuerdos que perdurarán por siempre”, agregó Mastodonte, informaron que el servicio funerario sería el 25 de febrero en la agencia funeraria J. García López, en Miguel Ángel de Quevedo, Ciudad de México.
Trascendió que, según los primeros reportes oficiales, Samuel falleció al ser herido en un presunto intento de asalto en la colonia Del Valle de la Ciudad de México, el cual ocurrió cuando circulaba en su vehículo por la avenida Gabriel Mancera, al intentar de huir le dispararon. Fue llevado a un hospital aún con signos vitales, pero más tarde se anunció su muerte.
¿Quién era Samuel Ríos y Valles?
Samuel, fundador de Mastodonte Films en México, es conocido por obras como Los detalles olvidados, No me mandes a mí y Los días que no estuve, la cual formó parte de la selección oficial de Evolution, Mallorca International Film Festival 2021, donde relata la historia de un conductor de televisión que debe fingir su muerte, aunque después de concretar el plan se reencuentra con la hija que abandonó años atrás.
Nació en la Ciudad de México y, de acuerdo con la página de Mastodonte, sus pasiones eran la estética y la dirección de actores, gracias a su formación como diseñador, en sus obras está presente una cuidada composición, color e iluminación.
Destacaba por su versatilidad gracias a su preparación en diversas especializaciones como improvisación, técnicas de ensayo, actuación, guion, producción de cine y teatro, “uno de los pocos directores en México que hace publicidad y cine”, describe Mastodonte.
En una entrevista realizada por el portal Produ a finales de 2021, Samuel afirmó: “Siempre busco la emoción, puede ser risa, nostalgia, miedo o cualquiera dependiendo de la historia, pero creo firmemente que las historias sin emoción no llegan a ningún lado... A mí me gusta contar historias que toquen a la gente, y cuando eso sucede soy feliz”.