Para Porter, la libertad creativa es uno de los pilares desde su formación y la base de que, después de 17 años, sigan juntos por el puro placer de hacer música sin encasillarse en un género y dejándose llevar por cualquier tangente.
“Empezamos en un movimiento que le llamaban indie, pero que hablaba más de un estilo de hacer más que de un género, aunque la gente lo empezó a englobar. Ahí también estaban los emos, el punk y nosotros nunca sentimos que encajáramos en ninguna de esas categorías. No nos gustó encasillarnos desde el principio porque sentíamos que estábamos nosotros mismos acotando nuestras libertades en el futuro”, explicó en entrevista con El Financiero el bajista Diego Bacter.
Si no sabes qué estás buscando es más fácil conseguir lo que no te esperas, así que ir sin rumbo es esencial para ellos. “Basarte no en influencias sino en sentimientos o vivencias nos lleva a muchos lugares y eso es la base seguir creando música”, agregó.
Su nuevo álbum discográfico La historia sin fin es un decreto porque no quieren terminar de hacer música ni disfrutar cada paso del camino. “Siempre ha sido una especie de laboratorio, de experimentación donde nos juntamos a hacer canciones. Hemos pasado por etapas de pausas, de cambio de integrantes y hemos crecido a la par. Esta combinación de factores se ve reflejada en los discos, en lo que se habla”.
Con un nuevo management y bajo la disquera Universal Music se pusieron las pilas con nuevas canciones, las cuales nacieron en el confinamiento por la pandemia de COVID-19 para decirle a sus fans que siguen presentes después de su último material Las batallas (2019). “Realmente hemos pasado demasiadas”, confió Bacter.
Asimismo, tuvieron el tiempo y espacio suficientes para poder reunir las canciones. “Nos ayudó a concentrarnos y enfocarnos porque generalmente cuando hacíamos discos dejábamos de hacer tour y en esta ocasión todo cuadró. Grabamos sonidos y rumbos a los que queríamos dirigirnos”.
Como resultado se forjó su primera colaboración en la historia y fue con la cantante española Ana Torroja, lo que les cambió por completo la perspectiva que tenían en cuanto a trabajar con otro artista.
“Cuando pasó este movimiento de hacer duetos eran tiempos donde las bandas eran más radicales porque éramos pubertos y estás más inmaduro. No veíamos en dónde podría estar una colaboración porque sabíamos que la esencia es más una estrategia comercial que en realidad una sinergia. No teníamos disquera y nadie nos presionaba a hacer hits”.
Después de varias lluvias de ideas llegaron a la conclusión de que la exintegrante de Mecano era perfecta para ‘Cachito de galaxia’ porque, además de la admiración al grupo, fueron una inspiración.
“Tienen influencia en la electrónica, los sintetizadores, el pop, las melodías, las letras y los mundos que ellos construyen. Platicamos por Zoom y le gustó mucho, cuando tuvo una oportunidad la grabó y se sintió contenta. Nosotros estamos felices con el resultado porque en cierto modo podría sonar a un Mecano si siguiera haciendo música en estos tiempos”.
Más allá de eso, Diego Bacter aceptó que se quitó los tabús para encontrarle el modo a aprender de otros artistas, músicos y productores, ver sus dinámicas para hacer las cosas. “Parte de lo padre de esta carrera es nunca dejar de aprender porque si lo haces sientes que te estancas o se te acaba la motivación. Estas experiencias de hacer música con otros, sumarte a sus dinámicas o que se sumen a las tuyas nos abrió muchas ventanas de posibilidades”, refirió.
Porter en el Auditorio Nacional
La agrupación llegará por primera vez en su carrera al Coloso de Reforma el 27 de mayo en un show que prometieron será especial y contará con la presencia de invitados para hacer un repaso en su discografía desde su EP Donde los ponys pastan (2005) hasta lo más reciente.
Sin embargo, quien también se encarga de la programación y los sintetizadores ironizó sobre la primera vez que tocaron fuera de Guadalajara, de donde son originarios. “Fue en la Ciudad de México y el primer venue, el Auditorio Nacional. Estábamos bien chiquitos y participamos en un concurso. Volver después de 17 años, pero ahora consolidados con tu público, es algo muy emotivo. Es voltear para atrás y ver todo el camino que se ha recorrido; es reconfortante saber que no estás parado”, señaló.
Con un toque de nostalgia recordó aquellos primeros años en los que descubrió que su pasión podía ser mucho más que eso. “Lo más valioso de ver todo en perspectiva es ver cómo de repente esto se convirtió en un trabajo. Yo nunca me di cuenta. No me juntaba a jugar videojuegos, yo me juntaba con mis amigos a jugar a la música y se convirtió en una forma de vida, de recibir ingresos, conocer otras ciudades, otra comida. Si algún día lo soñé no he despertado, está muy chido saber que sigues soñando con lo que siempre quisiste hacer”.