La tarde de este martes se informó desde Miami, Florida, que el actor mexicano Pablo Lyle fue declarado culpable de homicidio involuntario por la muerte de un hombre de origen cubano identificado como Juan Ricardo Hernández, de 63 años.
Al momento de recibir su sentencia, Lyle mantuvo la calma y se mostró sereno en todo momento, a pesar de que, en realidad, un ataque de ira derivado de un trastorno explosivo intermitente fue el causante de que ahora esté viviendo esta situación.
De acuerdo con lo revelado por una persona cercana al actor cuando recién ocurrió el incidente, en 2019, Pablo suele ser grosero y hasta agresivo cuando se siente amenazado, pero al darse cuenta de que hizo mal, es capaz de disculparse.
Sin embargo no es un caso aislado; hay otros famosos, como Salvador Zerboni, quien admitió meses atrás que padece de este trastorno.
¿Qué es el trastorno explosivo intermitente?
El trastorno explosivo intermitente (TEI) es una alteración del comportamiento humano que provoca episodios repentinos de conductas impulsivas, agresivas y violentas tanto físicas como verbales; estos suelen ocurrir regularmente en la persona que lo padece, por lo que es catalogado como crónico.
Los episodios de ira experimentados por aquellas personas que padecen de este trastorno no duran más de 30 minutos y pueden ser recurrentes -o no tanto-; sin embargo, al ser repetitivo, puede continuar durante años si no se atiende con medicamentos o psicoterapia.
Entre las cosas que puede provocar un episodio del trastorno explosivo intermitente son discusiones acaloradas que van desde gritos y rabietas hasta agresiones físicas, como cachetadas, empujones o golpes, así como daño a cosas materiales e incluso animales u objetos de valor.
De acuerdo con el sitio Mayoclinic, entre las sensaciones que una persona con TEI siente al momento de experimentar un ataque de ira se encuentran:
- Irritabilidad
- Pensamientos acelerados
- Hormigueo en el cuerpo
- Temblores
- Opresión en el pecho
- Latido acelerado del corazón
Después de que pasa la ira, la persona suele sentirse ‘aliviada’ y es capaz de razonar sobre lo que ocurrió instantes antes, por lo que a veces pueden ir acompañados de sentimientos de culpa, arrepentimiento y vergüenza por lo que hicieron o dijeron.
Existen ciertos factores de riesgo que pueden propiciar el desarrollo del TEI en una persona, como lo son:
- Crecer en familias con comportamientos agresivos, explosivos y violentos
- Estrés postraumático
- Sufrir de trastornos de personalidad -antisocial, límite de la personalidad o por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)-
Además, el trastorno explosivo intermitente puede traer consecuencias a nivel personal, social e incluso legal -como en el caso de Pablo Lyle-, ya que tiende a afectar las relaciones con familia, amigos, pareja o profesionales de la persona, así como provocar riñas o daños que ameritaran un castigo por parte de la ley.