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El ‘catálogo de Televisa’ sí existía, afirma expareja de Arturo Beltrán Leyva en ‘Las señoras del narco’

La expareja de Arturo Beltrán Leyva señala que el libro engargolado azul mostraba las ‘tarifas’ de algunas actrices como acompañantes; la más cara era de 700 mil pesos por cinco horas.

Arturo Beltrán Leyva estaba interesado en conocer el catálogo de Televisa, (Especial)

Recientemente, la periodista Anabel Hernández estrenó el libro Las señoras del narco, amar el infierno, que es como una especie de continuación de su polémica publicación Emma y las otras señoras del narco, en donde habla sobre diversas celebridades relacionadas con narcotraficantes.

Entre ellas hay nombres como los de Galilea Montijo, quien habría tenido una relación sentimental con Arturo Beltrán Leyva, situación que negó desde 2021, cuando Hernández dio a conocer detalles de cómo habría sido su relación.

En este nuevo texto ahonda en las relaciones que Beltran Leyva sostuvo con distintas personas del medio artístico, sobre todo mujeres, todo esto de la mano de Celeste, expareja del capo y madre de una de sus hijas, quien cuenta todo lo que sabe y vivió mientras estuvo a lado del narcotraficante.

El capítulo donde se habla del catálogo de Televisa

En el capítulo de Las señoras del narco, amar el infierno llamado ‘La Secretaria’, Anabel Hernández, acompañada de los testimonios de Celeste, hablan sobre el mítico ‘catálogo de Televisa’.


Desde hace muchos años se especula que dicho catálogo incluye los ‘servicios’ de algunas de las artistas que trabajan en la empresa, así como sus costos. A este solo podían acceder personas con alto nivel adquisitivo.

Además de confirmar su existencia, Celeste narra el día que ella misma lo hojeó, pues Arturo Beltrán Leyva estaba ‘encaprichado’ en estar con algunas de las artistas más populares de la época.

De acuerdo con la expareja del apodado ‘Barbas’, Violeta Vizcarra, una socialité con quien llevaban muy buena relación, le consiguió una cita en Televisa, pues inicialmente quería ofrecer ‘servicios de spa’ a las artistas, con la intención de llevarlas posteriormente con Arturo Beltrán Leyva.

‘El libro azul’ de Televisa: Así lo describen

“La cita fue en Televisa San Ángel. Fui con mi hermano a las oficinas de uno de los ejecutivos de apellido Burillo, un joven de piel clara y ojos claros. Una de las secretarias nos mostró un catálogo, era como un engargolado azul”, inicia el relato.


En este, había una gran cantidad de mujeres artistas que trabajaban en la empresa, que podían ser contratadas como acompañantes.

“Se ofrecía la compañía de ellas para comidas privadas. Decía ‘comida empresarial’, eso fue lo que yo leí. Eran un montón de artistas, un catálogo así de grande”, dijo la expareja de Beltrán Leyva, quien le habría hecho una seña con las manos a Anabel Hernández para decirle el tamaño aproximado.

¿Cómo funcionaba el catálogo de Televisa?

Aunque Celeste no vio nada raro en un inicio, sí describió la forma en que la empresa manejaba aquel catálogo en el libro con engargolado azul.

“Te lo daban y tú podías hacer ahí la contratación. Te especificaban cuánto tiempo estaría la famosa, que tenías que darle transportación de punto A a punto B. Todo parecía que era muy normal, o yo era muy estúpida, pero yo no vi nada raro”, explicó aquella mujer.

De igual forma, describió que cada una de las artistas tenía un precio, y había algunas que tenían un costo más alto por su compañía.

La más cara, y según me dijeron la mejor apadrinada de la empresa, con el contrato más alto, en ese momento era Paty Navidad: 700 mil pesos una comida de cinco horas (…) no estaba segura de si contratar a la famosa significaba servicio completo”, aseguró la expareja del capo.

Al final ya no siguieron con el catálogo de Televisa

Lo que buscaba Arturo Beltrán Leyva era una famosa con la que pudiera tener relaciones sexuales, por lo que el catálogo de Televisa donde solo se especifica que sus artistas estaban disponibles como acompañantes para comidas empresariales no era lo que quería.

“Para Arturo pagar 700 mil pesos no era nada, pero si yo le salía con la bateada de qué se la llevaba a comer por 700 mil y no pasaba nada pues ahí si se hubiera enojado. Y aparte, no pude contactar a nadie que realmente me asegurara que si pagábamos esa cantidad sí iba a haber ‘fiesta’ (sexo), así que no me quise arriesgar, por eso no avanzamos con lo del catálogo”, señaló Celeste.

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