Ana Araujo, exesposa de Pablo Lyle, fue a visitarlo a la cárcel en Miami, Estados Unidos, en donde cumple su condena de 5 años de prisión (más 8 de libertad condicional) tras ser sentenciado como culpable por el homicidio involuntario de un hombre tras un altercado de tránsito en 2019.
La empresaria –que viajó junto a sus hijos- se refirió a los rumores que apuntan a que el actor actualmente se encuentra en depresión al negar la información tras ser abordada por los medios en el aeropuerto de la Ciudad de México.
Araujo habló del proceso que vive el protagonista en la película Mirreyes vs. Godínez en la correccional Turner Guilford Knight. “Todo está en orden, gracias a Dios. No, para nada (está deprimido). Él está muy bien de su mente, de salud, de todo”, dijo en declaraciones vía Despierta América.
“Pablo está bien, así que vienen contentos (sus hijos) de ver a su papá”, añadió quien ahora reside en Mazatlán, que confirmó que cada que pueda hará el gasto para reunir a la familia. “Para eso trabajamos, él sabe que yo voy a estar ahí con él y con los niños y lo que necesite, somos equipo siempre”.
Además, afirmó que es “en vano” lo que pueda decir porque no le resulta cómodo, contrario cuando está en su casa. “Ese ya es un tema personal”, explicó quien defendió su nueva relación sentimental tras publicar una foto con su novio, el fotógrafo y estilista Marco Lavin.
Ana Araujo se sincera sobre su separación de Pablo Lyle
En una entrevista a Aislinn Derbez en su podcast La magia del caos, Araujo habló sobre la ruptura con el actor, que se produjo antes del viaje que cambió sus vidas. Argumentó que entonces ya pensaba en pedirle el divorcio a Lyle.
“Ya habían pasado situaciones en nuestra pareja que nos había llevado, sobre todo a mí, a tomar esta decisión, y cuando sucede todo esto, para mí fue como de: ´Ay, Dios, ¿qué hago?´. Al verlo tan tocado a él, no había manera de que decidiera seguir con el divorcio”, explicó.
Definió su convivencia como la de “buenos amigos”, por lo que “haya pasado lo que haya pasado”, no estaba en condiciones de dejarlo solo. Araujo contó que en ella hubo un quiebre, pues le costó demasiado afrontarse al hecho de ser la responsable de su casa.