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Ella fue Silvia Pinal, la leyenda del cine y musa de Diego Rivera que soñó con ser presidenta

Silvia Pinal falleció a los 94 años tras una vida en la que fue actriz, productora, política, empresaria y musa de Diego Rivera.

Silvia Pinal, la empresaria, actriz y productora murió a los 94 años (Foto: Cuartoscuro)

Silvia Pinal murió a los 94 años, la primera actriz deja un legado en televisión, teatro y cine mexicano que será recordado por generaciones gracias a papeles en el cine como Viridiana, programas como Mujer, casos de la vida real y una larga trayectoria que supera las siete décadas.

Doña Silvia Pinal superó muchos problemas de salud en los últimos años, fue hospitalizada por COVID y diversas complicaciones respiratorias; en días pasados se estaba recuperando de una infección en las vías urinarias y una nueva bacteria, sin embargo, su pulmón colapsó y complicó su salud.

Una mujer de familia, pero también una empresaria emprendedora y política que soñó con ser presidenta. Todo eso fue Silvia Pinal, leyenda de la Época de Oro.

¿Quién fue Silvia Pinal y qué estudió?

Aunque desde que era una niña Silvia Pinal mostró talento e interés por el mundo de la actuación, decidió estudiar otra cosa.

Así se inscribió en el Instituto Washington, en donde estudió taquimecanografía, además de participar en el concurso de belleza ‘Princesa Estudiantil de México’, en donde obtuvo el segundo lugar y gracias al que conoció al actor Manolo Fábregas.

Su preparación siguió con la ópera en la Academia del maestro Reyes Retana porque la joven tenía el sueño de ser cantante.


Aunque pudo mostrar su talento en montajes como Madama Butterfly, una audición fallida para La Traviata la desilusionó. De esta forma entró al INBA para formarse en arte dramático y gracias a ello se convirtió en la leyenda que hoy dejó este mundo.

Foto: Instagram @silvia.pinal.h

¿Cómo se volvió famosa doña Silvia Pinal? Películas y telenovelas destacadas

Luis Buñuel fue uno de los directores que lanzaron al estrellato a Pinal. Gracias a su unión en Viridiana (1961), la actriz pudo ver la fama internacional en el Festival de Cannes y años después su personaje sigue cobrando relevancia.

Esta participación se suma a El Ángel Exterminador (1962) y Simón del desierto (1965), en donde también hicieron mancuerna.

Una larga trayectoria en el cine incluye títulos como Un extraño en la escalera (1954), El inocente (1956), La mujer que yo perdí (1949) y Un rincón cerca del cielo (1952), estas últimas compartió créditos con Pedro Infante.

El canto de la cigarra (1978), El hijo de su mamá (1979), Carlotta: Amor es veneno (1980) y, más recientemente Ya no los hacen como antes (2002) o Tercera llamada (2013) son filmes que contaron con su actuación.

En la televisión, fue parte del programa de concursos de 1952 Con los brazos abiertos, su incursión también la llevó a ser parte de un show que se llamó Los especiales de Silvia Pinal.

Entre 1985 y 2007, estuvo a la cabeza en la conducción y la producción de Mujer, casos de la vida real, programa en Televisa con el cual se ganó el cariño y la popularidad entre el público, uno de los más exitosos en su carrera.

Como productora, además de Mujer, casos de la vida real, también estuvo a cargo de los musicales Ring, Ring llama el amor (1958), Cats (1991) y La Jaula de las Locas (1992).

A la diva mexicana le gustaban los escenarios teatrales, pues gracias a ellos comenzó su carrera en la obra Sueño de una noche de verano, incluso fue reconocida como pionera del teatro de comedia musical gracias a puestas en escena como Mame, que montó en 1972, 1985 y 1989.

Otros de los proyectos en su vida fueron Vidas privadas (1975), Fausto y Margarita (1949), Anna Karenina (1986), Leticia y Amoricia (1991) y Amor, dolor y lo que traía puesto (2012).

Pinal incluso fue musa del aclamado muralista Diego Rivera: posó para ser retratada durante tres meses. La pieza sigue resguardada en la casa de la actriz en el Pedregal.

Su autobiografía Esta soy yo: Silvia Pinal fue lanzada en 2016. Tres años más tarde, basada en su libro, se realizó la serie Silvia Pinal, frente a ti, protagonizada por Itatí Cantoral con la producción de Carla Estrada.

Los esposos de Silvia Pinal

Aunque se conoce que Manolo Fábregas fue su novio durante veinte días, cuando tenía 14 años, su primera relación formal fue con Rafael Banquells, padre de Sylvia Pasquel, su primera hija.

Se casaron en una boda celebrada en 1947, cuando tenía 16 años, en la que Mario Moreno ‘Cantinflas’ fue el padrino; se divorciaron en 1952. Aunque Silvia Pinal ya tenía acercamientos al teatro, Banquells la apoyó y llegaron a trabajar juntos.

Su segundo matrimonio fue con el productor cinematográfico Gustavo Alatriste, de quien Pinal se llegó a expresar como el amor de su vida.

Aunque se separaron en 1967, tuvieron una hija producto de su amor. Viridiana Alatriste murió en 1982 tras un accidente automovilístico, lo que también representa dolor para la familia Pinal.

Con el rockero Enrique Guzmán se casó en 1967, pese a los once años de diferencia que ella le llevaba. Su tercer matrimonio duró nueve años, pues la separación ocurrió en 1976, en medio de acusaciones de violencia doméstica con celos y agresiones.

En alguna ocasión el cantante aceptó que violentó a Pinal, aunque dijo que solo una vez y ‘porque se lo merecía’ a través de un tuit en su red social. De esta relación nacieron sus hijos Luis Enrique y Alejandra Guzmán.

Apostando al amor, la actriz se casó una cuarta vez, ahora con Tulio Hernández. Sin embargo, los problemas de alcoholismo de su cuarto marido terminaron por resquebrajar la relación. Entre tanto, mantuvo una relación de cerca de cuatro años con Emilio Azcárraga Milmo.

Su paso por la política: la senadora Silvia Pinal

El cuarto matrimonio de Silvia Pinal fue con el político Tulio Hernández, quien ostentó el cargo de gobernador del estado de Tlaxcala, por lo que ella se desempeñó como primera dama y Presidenta del DIF estatal entre 1981 y 1987.

Como miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue diputada federal en el año de 1991. Otros de sus cargos en la política fue en la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, como representante y en el Congreso de la Unión como senadora.

Silvia Pinal pensó en ser presidenta:“Sí, ¿cómo no?, por qué no”, dijo en Venga la Alegría:

La política todos sabemos lo que es, pero cuando lo vives es mucho más importante. No sabes de dónde salen, a dónde van, a dónde quieren llegar, por qué sí o por qué no. O sea, la política es una cosa muy linda”.

En el gremio artístico combinó su experiencia al ser elegida como Presidenta de la Asociación Nacional de Intérpretes (1988-1995) y la presidencia en la Asociación Nacional de Actores (2010-2014).

Los negocios de Silvia Pinal

No le bastaba su popularidad en las pantallas, Pinal quería algo más grande, así que cuando le fue posible adquirió veinte estacionamientos que puso en renta.

En 1988 adquirió el entonces llamado Cine Estadio en lo que fue su primera incursión con el negocio de los teatros, ya que después se transformó en el recinto con su nombre: el Teatro Silvia Pinal, aunque cerró en 2009 y se convirtió en una Iglesia.

También compró el viejo Cine Versalles, en la Ciudad de México, y lo remodeló para convertirlo en el Teatro Diego Rivera, inaugurado en 1991; ahora tomó el nombre de la primera actriz como el Nuevo Teatro Silvia Pinal.

Los premios en su carrera

A Silvia Pinal se le otorgaron cuatro premios Ariel:

  • El primero de ellos fue en el año 1953 gracias a Un rincón cerca del cielo.
  • Le siguió un nuevo reconocimiento en 1957 por Locura pasional.
  • En 1958, otro más por La dulce enemiga.
  • Como un homenaje a su carrera artística recibió un premio especial en 2008.

Su larga trayectoria de más de siete décadas albergaron cuatro Diosas de Plata, dos de ellos como premios especiales como parte de su labor en el extranjero en 1965 y como reconocimiento de su obra a lo largo de los años en 2009.

Se suman dos más por su trabajo en Los cuervos están de luto, en 1966, y en Divinas palabras, en 1978. En octubre de 2021 se dio a conocer una medalla que llevará su nombre, por lo que se conmovió hasta las lágrimas en el momento de recibirla.

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