MORELIA.- El papa Francisco escribió una carta en donde le dice a los habitantes del pueblo de Aguililla que “no están solos”, ante la violencia e inseguridad generada por el crimen organizado.
El documento, fechado en la ciudad de Roma, fue recibido por obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García, quien la dio a conocer en la misa del domingo:
“He tenido noticias de los grandes sufrimientos causados por los violentos enfrentamientos entre bandas rivales de narcotraficantes que afectan a los habitantes de las poblaciones situadas en el territorio de esa Iglesia particular que el Señor ha confiado a tu cuidado pastoral”, inicia la carta del papa.
Además, hizo notar que “el clima de terror y de inseguridad que aflige a la población inerte es contrario a la voluntad de Dios, él quiere que todos sus hijos e hijas vivan su existencia en un clima seguro de serenidad y de armonía”.
“En estos momentos difíciles, quisiera hacerme presente y, por medio tuyo, también a los hermanos y hermanas del santo pueblo fiel de Dios que peregrina en Apatzingán”, subrayó el Vicario de Cristo.
“Mi participación en sus penas y en sus angustias, así como mi oración al Señor Jesús príncipe de la paz implorándoles conserve la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, y la riqueza de los dones del Espíritu Santo, para que puedan ir adelante en la vida y él les ayude a llevar sus cruces y sufrimientos con mansedumbre, fortaleza y paciencia”, agregó.
Y expresó: “Puedo comprender el sentimiento de desánimo y la sensación de impotencia que nos abarca, pero recuerden que no están solos, que el Señor es fortaleza y misericordia que nunca abandona a sus hijos, que la Iglesia es atenta y cercana a todos los que sufren”.
“Jesús nunca dijo que el camino sería fácil, predijo pruebas y persecución, pero también que no faltarían las consolaciones de Dios, es de gran consuelo saber que el camino no lo recorremos solos”, escribió en su amplia carta.
Continuó: “Jesús camina vehementemente a nuestro lado sobre todo en los momentos de pruebas y de tribulación, además, él está dispuesto a darnos cien veces más, pero sin olvidar que su paz supone la cruz, porque una paz sin la cruz no es la paz de Jesús”.
Enseguida, exhortó a los habitantes de Aguililla a que confíen el Señor Jesús, a que no tengan miedos de contrarrestar la violencia que tiene origen en el maligno con el amor, la misericordia y el perdón, que brotan del corazón divino del Salvador”.
“Pido al Señor que convierta el corazón de los responsables de tanta muerte y desolación y también que inspire a los encargados del bien común a comprometerse en la erradicación del crimen y de la impunidad, así como en la generación de espacios de trabajo digno y útil para la entera sociedad, especialmente para los jóvenes de esta tierra. Que les permita salir de situaciones de pobreza y marginación, proyectarse a su futuro y no ceder a la tentación de adentrarse al circuito del narcotráfico y de la violencia”, concluyó.