Varias decenas de migrantes que quedaron rezagados de una caravana que viene avanzando desde fines de octubre por el sur de México se enfrentaron con piedras y palos a agentes de la Guardia Nacional que intentaban detenerlos. Al menos un oficial resultó herido.
El choque entre los oficiales y los migrantes, en su mayoría centroamericanos, ocurrió a escasos kilómetros del municipio sureño de Pijijiapan, en el estado de Chiapas, de donde salió la caravana este jueves para continuar su camino hacia la Ciudad de México.
La caravana, la de mayor dimensión que transita por México este año, partió el 23 de octubre de Tapachula, 110 kilómetros más al sur y casi en la frontera con Guatemala.
Durante el despliegue los elementos militares detuvieron a unos 30 extranjeros y pretendieron ir por otro grupo de migrantes, pero este los recibió con palos y piedras obligando a los oficiales a replegarse.
En medio de la refriega, un agente de la Guardia Nacional quedó inconsciente en el lugar y fue cargado por los mismos migrantes, quienes trataron de auxiliarlo y luego lo dejaron acostado a un lado de la vía.
Una fuente de la Secretaría de la Defensa Nacional dijo a The Associated Press que la estrategia para desarticular a la caravana será detener a los que se vayan quedando distantes del grueso del contingente, además que será en el tramo entre Pijijiapan y Tonalá porque es el más largo, unos 80 kilómetros, y más despoblado.
Pese a que la salud de los migrantes se ha visto afectada por el largo caminar durante 13 días, a veces bajo un sol intenso y en otras ocasiones bajo la lluvia, la mayoría de ellos insisten en no aceptar las visas humanitarias ofrecidas por el gobierno mexicano porque desconfían que sea un engaño para devolverlos a Tapachula o incluso deportarlos a su países de origen.
Los integrantes de la caravana han solicitado residencias permanentes en México y que se les permita el libre tránsito para poder establecerse en cualquier parte del país.
La mayoría parecía dispuesta a seguir su trayecto hacia el norte a pesar de que las autoridades mexicanas ofrecieron visas humanitarias a mujeres embarazadas y menores, respetando la unidad familiar.
El choque entre los integrantes de la caravana y elementos de la Guardia Nacional se produjo cuatro días después del incidente que se registró en un camino rural de Chiapas, donde miembros de ese cuerpo militar dispararon contra una camioneta en la que iban 14 migrantes, lo que dejó a un hombre de nacionalidad cubana fallecido y otros cuatro extranjeros heridos.
Al repudiar el hecho y criticar la acción de los uniformados el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la víspera que ordenó que se ponga a disposición de la Fiscalía General los elementos implicados en el incidente.