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Aficionados atlistas acusan agresiones premeditadas

Señalan indiferencia del personal de seguridad privada y de los policías municipales.

Futbol violencia Agresión aficionados atlistas en estadio Corregidora (Especial)

Guadalajara, Jal.- El partido entre Gallos Blancos de Querétaro y Atlas avanzaba a a su último tercio con un marcador favorable a los visitantes, de un gol a cero, cuando los ánimos se caldearon en la parte alta del ala norte del estadio Corregidora y se determinó suspender el partido y permitir que los aficionados bajasen a la cancha por cuestiones de seguridad.

Andrés Robles, aficionado atlista, asegura que se habían abierto las rejas de alambre que dividen diferentes áreas del estadio, “se fueron por en medio, y le dieron la vuelta al estadio para meterse a la zona que le llaman ‘la Jaula’ donde sientan a las porras visitantes, ahí hubo quienes trataron de defenderse, pero a los de los Gallos no les importaba si había mujeres, o niños o viejitos, ellos golpearon a todos”.

La anterior es la versión de uno de los aficionados rojinegros que regresaron a Guadalajara, escoltados por policías.

Trascendieron algunas imágenes provocativas previas al cotejo,  con porristas del Atlas mostrando letras en tonos rojo y negro, con la leyenda ‘yo te descendí’, aludiendo al encuentro en el que el conjunto de los Zorros salvó su permanencia en el primer circuito mexicano, derrotando a los queretanos.

La turba de aficionados azules dejaba a su paso a varios individuos desnudos, al tiempo que agredían a aficionados atlistas, perfectamente identificados con sus camisas en rojo y negro, estos recibían agresiones, desde puñetazos limpios y patadas, hasta sillazos y tubazos. “Ellos traían toda clase de objetos, y a nosotros nos impedían el acceso con gorras o botellas de agua”, dijo Sergio “N”, quien dijo que al escapar hacía afuera del estadio vio a varios aficionados inconscientes en los pasillos; “yo pensé que estaban muertos, y la policía, ni sus luces”.

Por su parte, Gerardo Maciel, profesor de la Universidad de Guadalajara, e integrante de una de las barras rojinegras, asegura que fueron emboscados de manera premeditada; “se evidenció su mala intención, y es que cuando se arma un detalle acá con nosotros, se ve que empiezan a correr todos por en medio del estadio, y empiezan a llegar con nosotros; alguien les abrió la puerta,  amigo, y la policía, cuando salimos a correr, pedimos protección, no nos apoyaron en ningún momento, se hacían a un lado  nada más observaban, veían como golpeaban a la gente…”.

En tanto, Omar “N” expuso del ingreso de personas armadas con objetos contundentes desde el exterior del estadio, llegaron a agredirlos; “a la gente que no estaba en el estadio, les abrieron las puertas y empezaron a meterse gente que estaba en el exterior, pues, que no estaban en el partido… yo no vi un sólo policía, estaba la gente de la seguridad privada del estadio, eran los que estaban, pero no tienen la capacidad para a tratar un caso así… de hecho hay imágenes donde se ve que abren la puerta y se ve que entran todos, incluso se vio personas que traían armas”.

Otro atlista, Leo ‘N’, aparece en las imágenes que circularon en redes sociales, sobre su madre y su novia, él estuvo recibiendo toda clase de agresiones, y trató de evitar que ellas sufrieran algún daño; en algún momento se mencionó que fue sacado a rastras del estadio, y que se temía por su vida; sin embargo, fue ayudado por algunas que lo llevaron a una tienda Soriana para comprar camisas, y dárselas a sus familiares para que cubrieran sus camisetas rojinegras; “por todos lados llegaron, yo corrí con mi mamá y con mi novia, protegiéndolas hasta la cancha, y hay varios videos donde nos están pegando, mis hermanos están sin camisa, ya, y aún les estaban pegando, hasta que nos dejaron, salimos corriendo al estacionamiento, ahí gente de Querétaro me ayudó a ir por camisas y regresar al camión…”.

Al filo de las 23:00 horas, elementos de la Secretaría de Seguridad de Querétaro acompañaron a los aficionados del Atlas hasta Guanajuato, donde policías de esa entidad los escoltaron por su estado, hasta los límites jaliscienses, donde los policías estatales los acompañaron hasta el Estadio Jalisco.

La instrucción fue iniciativa del gobernador Enrique Alfaro, quien contó con la colaboración de los mandatarios queretano y guanajuatense para el resguardo de los aficionados rojinegros con patrullas policiales y evitar alguna nueva agresión.

Previamente, Alfaro asistió al estadio a solidarizarse con los más de 200 aficionados del Atlas que encendieron veladoras en el exterior del coso y pidieron paz en el futbol mexicano.

Los asistentes gritaron consignas de apoyo a los aficionados afectados e hicieron oraciones.

El gobernador les expuso que tuvo comunicación con el mandatario estatal de Querétaro, Mauricio Kuri, quien le confirmó que no hay personas muertas por el zafarrancho.

La versión de que no hay pérdidas personales persiste hasta el cierre de esta edición, al igual que la petición de justicia ante los hechos, y castigo para los responsables. “Es importante que la gente sepa dónde estamos. Este evento sucedió en otro estado, fui al Estadio Jalisco, había quien no creía lo que decía, a lo mejor pensaron que era con otro propósito. Todo la información se está generando en Querétaro. Estamos monitoreando el tema, no podemos dejar espacio a los rumores, que genere más miedo y preocupación. Estaremos preparando un seguimiento para que se haga justicia, se debe actuar con todo el peso de la ley”, señala Alfaro en un videomensaje.

Por su parte, el coordinador general estratégico de Seguridad, Ricardo Sánchez Beruben, dio a conocer información recibida por parte del gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, que da cuenta de 26 personas que fueron hospitalizadas, 3 de estas personas ya fueron dadas de alta.

Otras 3, se encuentran graves, 10 delicadas, y 10 con pronóstico de estables y sin gravedad.

De las 26 personas referidas, 2 son mujeres y 24  hombres, de ese total, 16 son originarias de Jalisco. Es importante señalar que uno de los varones hospitalizados fue trasladado a la Ciudad de México para recibir atención especializada, al presentar daños graves en un ojo.

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