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México pasó de ser contratado a contratar cárteles colombianos: hijo de Pablo Escobar

El nombre original de Sebastián Marroquín era Juan Pablo Escobar, pero el hijo del capo decidió dejar su pasado atrás y recrear otra vida con una nueva identidad.

El hijo del fallecido capo colombiano resaltó que el narcotráfico es un problema global que arrastra intereses políticos, económicos y militares. (Cuartoscuro).

Sebastián Marroquín, hijo del capo colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria, estuvo en San José Iturbide, Guanajuato, donde impartió una conferencia a más de 3 mil estudiantes de secundaria, como parte de una jornada municipal para la prevención de adicciones.

Sebastián habló sobre la realidad actual que vive México.

“Mi experiencia dice que en aquel momento en que mi padre era uno de los grandes capos del narcotráfico, los cárteles de Colombia eran quienes contrataban a los cárteles mexicanos para determinadas labores dentro de la criminalidad y hoy es exactamente a la inversa, son los cárteles mexicanos quienes contratan a los colombianos y tienen poder sobre Colombia”, señaló.

Y abundó que “México de tener un menor protagonismo en los años 80, hoy tristemente es protagonista en términos de narcotráfico y violencia”.

Actualmente el Cártel Jalisco Nueva Generación es considerado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, una de las cinco organizaciones transnacionales más peligrosas del mundo.

Las autoridades norteamericanas tienen detectado que esta célula trafica cocaína, metanfetamina y heroína con fentanilo a Estados Unidos. Se ha detectado también su operación en Guanajuato, incluso autoridades buscaron en la entidad a su líder Nemesio Oseguera ‘El Mencho’, en noviembre del 2021.


El hijo del fallecido capo colombiano resaltó que el narcotráfico es un problema global que arrastra intereses políticos, económicos y militares.

Entre las anécdotas que vivió durante el pasado delincuencial de su padre, recuerda que él y su familia tuvieron que esconderse de sus enemigos siempre. A pesar de tener dinero a manos llenas, no tenían libertad. Pues una vez se refugiaron en una casa con más de 5 millones de dólares, pero no tenían a donde ir para comprar comida. Vivían huyendo.

“Estábamos tapados de dinero, pero no teníamos libertad (...) nos moríamos de hambre”, relató.

Cuando los estudiantes le preguntaron que si en algún momento vio a su padre cometer un crimen dijo que no, pero fue testigo de cómo dio las instrucciones para que mataran a personas.

La vida de los narcos en las series de televisión fue otro de los temas que se hablaron durante la ponencia. Sebastián desmintió que el “caso de éxito” con el que presentan la historia de Pablo Escobar. Se trata de “un producto comercial” que usan para llamar la atención de audiencia, pues hay fragmentos que nunca pasaron en la vida del colombiano y son retratados en las pantallas.

“No crean esa versión glorificante respecto a la historia de mi padre, no hay futuro en la criminalidad para ninguno de ustedes ni para nadie, no es una vida digna, es una apuesta que ya está pérdida antes de empezar”, dijo.

El nombre original de Sebastián Marroquín era Juan Pablo Escobar, pero el hijo del capo decidió dejar su pasado atrás y recrear otra vida con una nueva identidad. A sus 44 años, hoy se dedica a dar conferencias para hablar de la prevención de drogas y los riesgos en el narcotráfico.

Sebastián se presenta como ‘embajador de Paz de la Organización Mundial por La Paz (OMPP) y activista en pro de la recuperación de los valores humanos a través de la reconciliación y el perdón’.

Se despidió de su auditorio en San José Iturbide, con la esperanza, dijo, de haber sembrado la semilla de la consciencia.


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