Dos grupos de socios y trabajadores de la Cooperativa Cruz Azul, “La resistencia y disidencia”, se disputan el control de la planta cementera de Cruz Azul en Tula, Hidalgo, lo que provocó los enfrentamientos violentos ocurridos este miércoles, y que dejaron como saldo al menos 8 muertos, 11 lesionados y 9 detenidos.
La cementera en disputa es el último bastión dentro de la empresa, ya que los consejos de Administración y Vigilancia, encabezados por José Antonio Marín Gutiérrez y Víctor Manuel Velázquez Rangel, respectivamente, tomarán el control de todas las demás instalaciones en el país.
Estos dos bloques de cooperativistas quieren mantener el control de las instalaciones y de la producción de cemento.
En una conferencia de prensa celebrada en diciembre del 2021, la dirección cooperativa mencionaba que el conflicto por el control de la planta cementera de Cruz Azul en Tula, Hidalgo, pone en riesgo la producción de cemento por cerca de 500 millones de pesos y el ingreso de más de mil 100 trabajadores, aseguró la dirección de la Cooperativa.
A mediados de diciembre, policías de la entidad intentaron entrar a las instalaciones para devolver el control a la llamada disidencia de la Cooperativa por orden de un actuario, los socios señalaron que los hechos son un agravio a los trabajadores que dependen de la organización.
En ese momento, la producción de cemento que se tenía en la planta de Hidalgo era de 7 mil toneladas de cemento diarias, “La cementera de Cruz Azul Jasso” es planta que nosotros tenemos bajo responsabilidad, otorgada por autoridades federales, comentaba la dirección de la Cooperativa.
Afirmaban que la derrama económica mensual (afectada) son cerca de 500 millones de pesos que se dejarían de generar e impactaría a toda la influencia de la planta en Hidalgo”, dijo Alberto López, presidente del Consejo de Vigilancia.
Los representantes de más de 17 mil trabajadores de la Cooperativa responsables de la producción de más de 30 mil toneladas de cemento al día, aseguraron en ese momento, tenían el control legal de dicha planta, sin embargo el pleito con la disidencia que dirige José Antonio Marín y Víctor Manuel Velázquez, podría quitar competitividad en el mercado.