La casa de Luz Raquel luce abandonada desde el 16 de julio pasado, día su agresión a manos de cuatro sujetos y una mujer, quienes le rociaron alcohol, le prendieron fuego y huyeron corriendo.
El domicilio de la activista no tiene vigilancia o resguardo oficial, hasta la puerta está abierta y a merced de la eventual acción de vándalos o ladrones.
Lo anterior puede considerarse una omisión en el caso; de hecho, los vecinos de la colonia Arcos de Zapopan han reportado la irregularidad, sin embargo las autoridades municipales no han atendido los señalamientos.
Desde el cubo de la escalera se aprecia un plato de comida sin terminar, y dibujos en la mesa, además de ropa.
A unos metros de su domicilio, en el jardín público donde ella fue agredida, hay envases de veladoras que dispusieron vecinos y personas allegadas, en su mayoría mujeres, quienes acudieron una velada en el sitio y a exigir justicia.
El pasado viernes 15 de julio Luz Raquel participó en una mesa de trabajo para la construcción del sistema de cuidados en Jalisco, ya que Zapopan era el primer municipio donde se iba a implementar un esquema integral de cuidados, que contempla un apoyo económico mensual.
Luz era la representante del colectivo ‘Yo Cuido’ en su capítulo Jalisco, y según han declarado sus compañeras de la organización, ese día recibió nuevas amenazas, pero las minimizó porque se estaba acostumbrando, y dijo preferir concentrarse en el evento.
El sábado 16 asistió a una sesión de meditación, que practicaba como forma de auto cuidado, y cuando regresaba a su domicilio fue agredida.
Vecinos que atestiguaron el ataque corrieron a avisar a su madre, y pidieron una ambulancia.
Sonia, una de sus compañeras en el colectivo, narró que el Centro Autismo de Zapopan, dependiente del sistema DIF municipal, dejó de atender a Bruno, su hijo de 11 años de edad, quien luego comenzó a presentar un incremento en sus periodos crisis, y solía tener episodios violentos, en los que pataleaba y mordía a quienes tenía cerca.
El centro municipal argumentó que esos episodios eran el principal motivo para separarlo de la plantilla de atención.
La activista dice que los niños suelen con espectro autista suelen requerir medicamentos de patente, y otros que es difícil encontrarlos.
Respecto de las terapias, deben ser al menos tres por semana y cada consulta cuesta más de 300 pesos, en el caso de los especialista, como los neurólogos, y paidopsiquiatras, rondan los mil 500 pesos.
Bruno se encuentra a cargo de la madre de Luz Raquel, su abuela, además de una tía, y las compañeras de la organización refieren que el papá del niño no se hacía cargo de él, y les preocupa el tema de la patria potestad.
La abuela materna del niño es una persona mayor que necesita ayuda para su cuidado.