Habitantes de la Villa de Cloete, municipio de Sabinas, en la región carbonífera de Coahuila, aseguran que vivir en esta zona es hacerlo en “una bomba de tiempo” de desaparecer.
“No sabemos cómo pueda reaccionar la tierra, en dado momento puede haber una explosión”, explicó Aida Almanza, habitante de la Villa ubicada a cinco minutos de Agujita, donde desde hace seis días, un accidente minero mantiene atrapados a trabajadores en un pozo de carbón inundado.
“La preocupación es de que se cierren los tajos, porque las grietas despiden los gases y estamos en una bomba de tiempo”, señaló.
Los tajos son excavaciones a cielo abierto para extraer carbón. Se realizan en puntos geográficos donde el mineral se encuentra a ras de suelo, como es el caso de la Villa de Cloete, donde habitan al menos 4 mil personas.
“Al lado de los tajos, está la carretera federal 57, también están unas grietas, puede colapsar y puede también tronar la carretera”, aseguró.
La zona carbonífera de Coahuila
Cinco municipios, Múzquiz, San Juan de Sabinas, Sabinas, Nueva Rosita, Progreso y Juárez, conforman la región Carbonífera del estado. En esta zona se extrae fluorita, celestita, estroncio, y principalmente, carbón mineral.
“Es una región carbonífera, todo es carbón y están los pozos clandestinos en un lado de la carretera, los cañones pasan por debajo de la carretera federal 57″, dijo Blanca Batres, habitante de Cloete.
Hace unos años, inició una lucha entre los habitantes de esta Villa y los productores mineros por el suelo. La zona, de acuerdo con los habitantes, está sobreexplotada, minada por debajo mientras que los productores del mineral no dejan de extraer.
Los habitantes de la Villa de Cloete lograron recientemente arrancar a los productores de carbón un predio que originalmente estaba destinado para ser un parque, pero su uso de suelo fue cambiado y se convirtió e tajo. Luego, pasó a ser el basurero de la Villa.
“Hay varios pozos, no se sabe pero son seis pozos. Estaba laborando un pozo de carbón adentro, estaba laborando”, comentó Aida Almanza.
De acuerdo con los habitantes de la villa, la mezcla de basura, gas grisú y residuos de mineral propiciaban incendios de gran magnitud. El gas está en contacto con el oxígeno, y el suelo se fractura, incluso a metros de la zona habitacional.