En Jalisco no desaparecerán los hospitales psiquiátricos, sino que mutarán en cuanto a su funcionamiento y atención a personas con enfermedades mentales.
Aunque en la nueva Ley General de Salud se establece la desaparición de los nosocomios psiquiátricos, en Jalisco no será así, ha afirmado el director del Instituto Jalisciense de Salud Mental, Francisco Javier Ramírez Barreto, “en Jalisco no desaparecen, en Jalisco se está tomando la parte de la reforma del sistema de salud mental para su fortalecimiento a través de la jerarquización por niveles de atención, que también es parte de la iniciativa federal que se propone”.
Tras la legislación en abril pasado, los legisladores han salido a aclarar que se trata de eliminar el modelo asilar para que los enfermos reciban atención psiquiátrica en los hospitales generales, la reforma que modifica la atención de enfermedades mentales en el país, y que implica la desaparición de los hospitales especializados en psiquiatría y su conversión a hospitales generales.
Se dispone que deberá haber atención primaria y ambulatoria para atender la salud mental y las adicciones; el internamiento será el último recurso, y por un breve tiempo.
De esta forma lo que se prevé desaparecer es la modalidad de confinamiento en la que han funcionado los hospitales psiquiátricos asilares, donde algunas personas dejan a sus familiares confinados, a vivir, encerrados y alejados de la sociedad.
El pasado 16 de mayo se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley General de Salud en materia de salud mental y adicciones, y se especifica que se atenderá a estos pacientes con un enfoque comunitario y dejarán de existir los hospitales psiquiátricos, mismos que serán sustituidos por clínicas de atención integral.
De esta manera, todos los hospitales generales, públicos y privados, tendrían que contar con un área de atención especializada en salud mental, y se deberá orientar y capacitar a los familiares para que puedan apoyar y contener a los pacientes desde sus hogares.
Se construye un centro especializado en salud mental en Jalisco
En Jalisco, desde más de 50 años funciona el Hospital Psiquiátrico, conocido como ‘El Zapote’, por la demarcación en qué se ubica, el cual se convertirá en un centro especializado en Salud Mental, pues se remoza y crece su infraestructura para dar paso al nuevo Centro de Atención Integral de Salud Mental (CAISAME) de Estancia Prolongada, que se prevé, dignificará la atención y estancia de los pacientes.
Se le han invertido más de 70 millones de pesos, y podría estar en funcionamiento al iniciar el año entrante.
El CAISAME atenderá trastornos mentales graves y persistentes, consulta también a los familiares y procesos de rehabilitación para la reintegración de los pacientes a la comunidad, principalmente personas que carecen de seguridad social.
Infraestructura psiquiátrica en el estado
En Jalisco hay siete hospitales psiquiátricos, tres de ellos son públicos, es el caso del Instituto Jalisciense de Salud Mental Jalisco, el Centro Comunitario del IMSS y la Unidad del Hospital Civil de Guadalajara.
Los otros cuatro establecimientos son privados: el hospital San Juan de Dios, con más de cien años en servicio, el Sanatorio San Camilo; la Clínica Unidad de Orientación y Psicodiagnóstico; y la Clínica de Ansiedad, Depresión y Estrés (CADE).Así mismo, hay 42 establecimientos de salud mental ambulatorios: 35 de ellos administrados por el gobierno y siete privados.
Efectos de la mutación de los hospitales psiquiátricos
En ‘El Zapote’ hay más de 100 personas asiladas que no tienen enfermedades mentales, las cuales serán institucionalizadas, es decir que pasarán a ser responsabilidad del Estado, fueron llevadas a atender por sus familiares, y quedaron abandonadas; ellas contarán con otro tipo de albergue y asistencia, eventualmente se les remitirá a algún lugar mediante un nuevo proyecto asistencial.
Entre estos pacientes destacan 33, que no son psiquiátricos, padecen trastornos neurológicos como parálisis cerebral, Síndrome Down, y autismo, algunos llegaron como niños y fueron abandonados por sus familias por lo que viven las instalaciones, en calidad de asilados.
Los otros casi 200 pacientes del hospital tienen enfermedades crónico persistentes, para quienes el actual esquema de estancia prolongada no es adecuado, y deben someterse a una atención ambulatoria para garantizar una adecuada atención y tratamiento.