Sebastián Marroquín, hijo del narcotraficante colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria, aseguró -desde la capital de Baja California- que él no necesita de premios “nobel”, porque su recompensa es cuando un niño le dice que no aspira a ser un criminal.
“Quería ser narco hasta que leí tus libros. Eso es mi premio. Ver que los hijitos que sí tienen la capacidad de comprensión necesaria de esta historia, de la verdadera historia, no la que nos cuentan en las series. Ahí es cuando yo me regocijo de saber que pude, a través de mi testimonio y a través de eventos como este, transformar la vida de un chico para bien”, declaró.
Este martes 18 de octubre, el escritor impartió la conferencia “Un llamado al Corazón. Pablo Escobar: Una historia para no repetir”, en las instalaciones del Centro Estatal de las Artes de Mexicali; acompañado de la gobernadora del Estado, Marina del Pilar Ávila Olmeda. La charla se suma a dos más impartidas el lunes en Tijuana y Ensenada, donde acudieron alrededor de 3 mil de estudiantes de preparatoria.
“No tienes que atravesar por la misma historia de violencia de dolor de destrucción de muerte de terrorismo que pasamos nosotros en Colombia, que esta familia en particular, siendo mi padre uno de los grandes actores de la violencia en Colombia, no tienen que vivir exactamente la misma situación para aprender las lecciones, que nos han quedado a todos cómo sociedad”, aconsejó Sebastián Marroquín.
Por su parte, la titular del ejecutivo estatal manifestó que, debido a la posición geográfica de Baja California, ha sido lamentablemente un espacio codiciado por el narcotráfico; sin embargo, son más las personas que tienen un modo honesto y pacífico de vivir, por lo que es importante que las juventudes tengan claro que no deben generar, ni promover la violencia.
“A ustedes los jóvenes les digo que yo creo en ustedes, nuestro Gobierno cree en ustedes y no queremos que nadie vuelva a cortar sus alas y sus sueños los lleve por el mal camino. Sabemos que tienen unas alas muy grandes y que solo falta abrirlas para volar”, concluyó en su mensaje Marina del Pilar.
Finalmente, Marroquín reiteró que a pesar de que su padre fue un líder criminal que contaba con una fortuna valuada en millones de dólares, sus actos le impidieron vivir con libertad y a menudo debía resignarse a vivir escondido en lugares indignos, por lo que reiteró que la realidad del crimen es ciertamente muy distinta a la que ofrecen ciertas series de televisión.