La 50 edición del Festival Internacional Cervantino llegó a su fin la noche de este domingo 30 de octubre, tras 19 días de cultura y arte, donde Caifanes, grupo encargado del evento de clausura, aprovechó el escenario de la Alhóndiga de Granaditas para poner el foco de reflexión en temas como la violencia feminicida, en contra de los y las niñas y la desaparición de personas en el país.
Ante miles de personas que abarrotaron el escenario, Saúl Hernández, vocalista de la banda, pidió perdón a las mujeres por la estupidez de los hombres que se resisten a la idea de que el país necesita más hombres que machos.
Asimismo, recordó que al llegar a Guanajuato vio una fotografía que decía. ‘Este no es un país, México es una fosa común con un himno nacional’.
”Así de cabrón… Los feminicidios en vez de ir bajando van creciendo… es impresionante y perturbador, tristemente la cifra sigue creciendo… por lo tanto nosotros, como hombres, pedimos perdón, ofrecemos una disculpa por la estupidez de cómo hemos ido desarrollándonos en éste cultura, en este país que es México. Hemos sido muy tontos porque no hemos comprendido que necesitamos más hombres y menos manchas”, dijo Hernández.
Además, utilizó la pantalla gigante que tenía detrás del escenario para proyectar el video de la “Canción sin miedo”, de Vivir Quintanar, en la que se pide un alto a la violencia de género y “castigo al feminicida”.
También se proyectaron imágenes de otros temas que están en la agenda política del país como la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa.
Hernández, quien vistió de blanco durante la velada, igualmente dedicó a las y los niños la canción “para que nadie te haga daño”. Pidió garantizar para la infancia seguridad de poder seguir sus sueños.
El grupo entonó canciones como Antes de que nos Olviden, Viento, Mátame porque me Muero, Aviéntame, De noche todos los gastos son pardos, Afuera, El Negro Cósmico, Quisiera ser Alcohol, El Silencio, Aquí no es así, entre otras.
La alineación de la banda estuvo encabezada por Saúl Hernandez, así como Rodrigo Bell, en la guitarra; Marcó Rentería, en el bajo; Diego Herrera, en los teclados, Alfonso André en la Batería. Julián André, hijo de éste último se aventó un “palomazo” con la banda.Como preámbulo, Herrera toco un solo en el saxofón y aprovechó para hacer vibrar a los asistentes con una parte del Himno Nacional, que rápidamente fue entonado por el respetable.
El concierto tuvo un alargue que incluyó cuatro canciones, luego de que Hernandez, hincado, se puso a los pies de sus seguidores.